Varias protestas contra la Copa del Mundo fueron convocadas en una decena de ciudades brasileñas el jueves, en medio de numerosos llamados a huelga que crean un clima complejo a sólo 28 días del inicio del Mundial en Brasil.
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Flanqueados por neumáticos en llamas, unos 5.000 manifestantes del Movimiento de los Trabajadores sin Techo (MTST) gritaban consignas contra el gasto público en la Copa y exigían una vivienda digna a apenas 300 metros del estadio inaugural del Mundial, el Arena Corinthians en Sao Paulo, constató una periodista de la AFP.
Los manifestantes, en su mayoría vestidos de rojo, bloqueaban el tránsito en varias avenidas. No había enfrentamientos y la marcha era pacífica, aunque batallones de la policía los seguían de cerca.
“La cuenta es regresiva: tienen 28 días para resolver no sólo la (ocupación) ‘Copa del Pueblo’, sino todas las ocupaciones que están en lucha. Si no se resuelve, habrá problemas”, alertó Guilherme Boulos, un líder del MTST, citado por el sitio online del diario Folha de Sao Paulo.
Más de 1.500 familias ocuparon un terreno privado a escasos 4 km del estadio mundialista y bautizaron esta nueva favela como ’Copa del Pueblo’, en reclamo por los gastos en que Brasil incurrió para organizar el Mundial, calculados en unos 11.000 millones de dólares.
A través de ocupaciones, el MTST presiona a las autoridades para obtener viviendas.
Las importantes autopistas Marginal Tieté y Marginal Pinheiros que circundan Sao Paulo estaban bloqueadas por piquetes de manifestantes, lo que empeora el ya caótico tráfico de esta ciudad con 11 millones de habitantes.
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Cientos de trabajadores metalúrgicos y del metro de Sao Paulo también se manifestaban en otras zonas de la ciudad, donde también los profesores de la red municipal de escuelas están movilizados hace días.
El acto principal contra la Copa está programado para la tarde del jueves en la céntrica avenida Paulista bajo el lema ‘No habrá Copa’, en la séptima manifestación callejera de este tipo este año. Se prevé la asistencia de 15.000 personas.
Movilizaciones similares han sido programadas en otra decena de ciudades brasileñas, entre ellas Rio de Janeiro y la capital Brasilia.
En Rio de Janeiro, que acogerá siete partidos del Mundial entre ellos la final el 13 de julio, una huelga de 48 horas paralizó al menos un 60% de la flota de autobuses y dejó cientos de vehículos dañados. En Recife (noreste), parte de la policía militar está en huelga, confirmó a la AFP el gobierno local.