Los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II subirán definitivamente a los altares de la Iglesia Católica como santos el próximo domingo 27, día en que serán canonizados.
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A la ceremonia se espera la asistencia de cientos de miles de peregrinos de todo el mundo, que se congregarán en la Plaza de San Pedro, en la Plaza de Pío XII y a lo largo de la Vía de la Conciliación, la calle que comunica Roma con el Vaticano.
Para ese día, los Reyes de España ya han confirmado su asistencia a la celebración, así como los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.
Pero no solamente la Santa Sede organizará misas. Los jóvenes conocidos como ‘papa boys’, se reunirán durante toda la jornada en la parroquia de Santa María de Gracia, España, para recordar el pontificado de Juan Pablo II. Además, su página web ‘Papa boys 3.0’ retransmitirá en directo los actos para que sean vistos por todos los jóvenes que no puedan acercarse a la Ciudad del Vaticano.
Por su parte, la red mundial de televisión católica, la EWTN, retransmitirá al ceremonia en directo para todo el mundo, como lo hará el Vaticano a través de su portal web oficial www.2papisanti.org y su cuenta en Twitter @2popesaints. Al día siguiente, el lunes 28 de abril, el papa Francisco celebrará una eucaristía de Acción de Gracias.
Cabe indicar que ambos pontífices, cuyo carisma hizo que se solicitara su beatificación por aclamación, han atravesado por un complejo proceso de canonización, requisito para ser santo católico. La primera etapa de este proceso fue ser reconocido como ‘Siervo del Señor’.
Luego, los dos papas recibieron el reconocimiento de sus ‘virtudes heroicas’, un título que los convirtió en ‘Venerables Siervos del Señor’. Ya Venerables, el siguiente trámite fue el de la beatificación. Para alcanzar este grado, es imprescindible el testimonio de un milagro que se haya llevado a cabo gracias a la intercesión del Venerable.
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Al Juan XXIII se le adjudicó en 2000 la curación de la religiosa italiana Caterina Capitani, que estuvo a punto de morir por una perforación gástrica hemorrágica interna y que, según ella, tras encomendarse a Juan XXIII, consiguió sobrevivir.
A Juan Pablo II se le atribuyó en 2011 el caso de la monja francesa Marie Simon Pierre, aquejada de Parkinson la misma enfermedad que padecía el pontífice polaco y cuya curación, de acuerdo con los médicos externos convocados por el Vaticano, ‘carece de explicación científica’.
Finalmente, para la canonización se necesitó de nuevos milagros que deben producirse después de su nombramiento como beatos.
En el caso de Juan XXIII, el papa Francisco, en 2013, decidió decretar su santidad, a pesar de que aún no se había certificado un segundo milagro. En cambio, según la Iglesia Católica, Juan Pablo II intercedió en la curación de Floribeth Mora, una mujer costarricense con un grave aneurisma cerebral, y que participará en la ceremonia del 27 de abril. Mora aseguró que escuchó la voz del papa polaco diciéndole ‘Levántate, no tengas miedo’ y, tras estas palabras, comenzó su curación.