El avance de la tecnología de impresión 3D nos sorprende cada día más. En marzo, el diario uruguayo La Nación publicó que un grupo de arquitectos en Amsterdam logró construir una casa con una enorme impresora 3D, con el uso de insumos plásticos de origen vegetal y fibra de madera. A esto se suma la impresión de 10 casas en un día a un bajo costo en China, lo cual nos acerca a una realidad en donde los hogares estarán al alcance de personas con bajos recursos económicos.
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La página de 3ders muestra una serie de fotos de un grupo de casas de 200 m2 cada una, construidas en Shanghai, China. Estas construcciones fueron hechas enteramente de concreto usando una impresora 3D gigante, a un costo de alrededor de US$5,000 cada una.
La empresa Shanghai WinSun Decoration Design Engineering Co. declaró que vienen trabajando en este proyecto durante años. “La compañía posee 77 patentes nacionales de materiales de construcción, tales como la fibra de vidrio de yeso reforzado y fibra de vidrio especial de cemento reforzado”, anuncia la web.
Pero ¿qué los diferencia con respecto a los alcances logrados en Amsterdan? Según especifican en su web, ellos decidieron ir “aún más allá” con respecto a la impresión. “En vez de utilizar plástico hemos utilizado concreto”. Este proyecto formaría parte de su intención de “revolucionar” la forma en cómo se estructuran y construyen las casas en el mundo.
Además, WinSun planea construir 100 plantas de reciclaje en el país, cada una de 300 kilómetros, para poder recoger y transformar los residuos en materiales para la impresión en 3D a través de un manejo especial. “No va a haber ningún residuo de la construcción de los nuevos edificios”, aseguró el director general Winsun Ma YiHe.
Sin duda WinSun se enfrenta a uno de los problemas claves que por años viene enfrentando China: la superpoblación. Seguramente, en unos años veremos como construir viviendas llegará, incluso, a los lugares más alejados y será factible para aquellos con bajos recursos económicos.