“Para nosotros no es posible continuar en Rusia, es insoportable. Aquí en Argentina podemos amarnos libremente”, dijo Alexandre, de 47 años, con su flamante libreta de matrimonio en la mano. La pareja anunció que además planea pedir el estatus de refugiados en el país sudamericano.
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Luego de la ceremonia en el registro civil, ambos enfrentaron los flashes de una nube de periodistas y el aplauso de numerosos militantes de la organización LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) que asistieron al acontecimiento.
Argentina se convirtió en 2010 en el primer país de América Latina en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y posteriormente se fue ampliando el derecho a los extranjeros en distintas ciudades del país.
La traductora de la pareja contó que ella ya había trabajado en Buenos Aires en una decena de matrimonios de homosexuales rusos.
Alex y Dima (35) se conocieron hace dos años a través de un sitio de encuentros y en 2012, durante un viaje a Tailandia, celebraron su casamiento religioso (no legal).
“Es el mejor día de mi vida”, balbuceó en inglés Alexandre, de profesión economista, añadiendo: “no hemos hecho nada malo, nosotros hablamos el idioma del amor”.
Dimitri, originario de la península de Kamtchatka (este de Rusia), es un exempleado administrativo del FSB, el servicio federal de seguridad. Él se queja de “la homofobia cultural” que reina en Rusia.
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En junio, el gobierno de Vladimir Putin promulgó una ley que contempla multas y hasta penas de prisión a los que se consideren culpables de hacer “propaganda homosexual delante de menores de edad”, lo que provocó una fuerte polémica.
El debate se extendió por todo el mundo en ocasión de los Juegos Olímpicos de Invierno organizados por Rusia y celebrados en Sochi entre el 7 y 23 de febrero.
Bienvenidos en Argentina Llegados hace dos meses a Argentina, decidieron vivir en Buenos Aires y crear una empresa de turismo gay. Ya en su país dirigían una agencia de viajes.
Los dos rusos se vistieron informal y de manera vistosa para la boda, con bermudas grises, chaleco del mismo tono sin nada debajo y cuellito blanco. Además llevaron en el ojal una flor roja, azul y blanca, los colores de la bandera de su país.
Alex Freyre y José María Di Bello, la primera pareja de gays que se casó en Argentina, fueron los primeros en arrojar granos de arroz sobre el flamante matrimonio.
“Entre las consecuencias y la homofobia en la ley Putin, muchos homosexuales iban a huir de la violencia y Argentina es un país que da la bienvenida a todos las personas del mundo que deseen casarse”, dijo Freyre a los periodistas.
Su pareja José María ratificó esos dichos expresando que “Argentina tiene una política de derechos humanos que lo identifica como el único país en el mundo que respeta el derecho de sus ciudadanos y de los extranjeros de formar una familia”.