“No vamos a arremeter contra la policía como los otros días. No queremos más violencia. No queremos más muertos, la idea no es destrozar la ciudad”, dijo a la AFP José Gómez, un estudiante de derecho de 23 años, parado junto a una de las fogatas de los manifestante cerca de Plaza Francia.
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Durante dos semanas, miles de estudiantes de todo el país han protestado en las calles en rechazo a la inseguridad, la inflación, y el desabastecimiento en manifestaciones que por las noches han derivado de desmanes con saldo de al menos cuatro muertos y muchas decenas de heridos.
En Altamira, tradicional epicentro de las manifestaciones opositoras en Venezuela, se congregaron unos 400 jóvenes.
“Estoy aquí por todo lo que esta pasando en el país, la injusticia, los presos. Quiero mostrar mi descontento y quiero pronunciarme como ciudadano que tiene derechos”, afirma John Branca, un muralista y estudiante de comunicación visual en el Instituto de Diseño Gráfico.
En la aledaña Chacao unas pocas decenas de jóvenes encendieron fogatas, frente a unos policías en bicicleta. Más hacia el este, el sector de clase media de Dos Caminos fue el origen de un sonoro aunque corto cacerolazo y de algunas pocas quemas de neumáticos sin que se detectaran incidentes.
La noche marcó un contraste dramático con el miércoles cuando hubo severos enfrentamientos entre unidades antimotines y grupos de manifestantes.
Reporteros de la AFP fueron testigos además la noche del miércoles al jueves en los sectores de Palos Grandes y La Castellana del desplazamiento, en actitud intimidatoria, de columnas sin identificación encabezadas por un par de pickups cargadas de individuos con megáfonos, escoltados por una docena o más de motociclistas.
Reportes procedentes de Valencia (norte) y San Cristóbal (oeste) dieron cuenta de incidentes, aunque de menor magnitud que en noches anteriores.
