Vestidos de blanco y muchos enarbolando la bandera venezolana, unos 3.000 opositores, en su mayoría estudiantes, convergieron en Las Mercedes, una zona comercial chic del este de Caracas, desbordando una plaza y las avenidas aledañas para manifestar por los tres muertos que resultaron de los disturbios del pasado miércoles en Caracas.
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“Antes no salimos a las calles por la inseguridad, ahora salimos a protestar y nos matan. Los jóvenes no tenemos fe ni esperanza, no podemos conseguir un trabajo y si lo tenemos no nos da para tener una vida digna”, comentó a la AFP Isaac Castillo, de 27 años y alumno de la privada Universidad Católica Andrés Bello.
En la noche, al igual que sucedió el viernes, opositores fueron dispersados por guardias nacionales con gases lacrimógenos y chorros de agua luego de que bloquearon transitadas avenidas de Chacao, en el acomodado este de la ciudad, e intentaron llegar a la importante autopista Francisco Fajardo.
El alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, escribió en su cuenta de Twitter que aunque no hay heridos de bala, sí hay “7 heridos por perdigón, 10 con laceraciones/contusiones, 6 por disnea por gases”, así como daños en infraestructuras bancarias y gubernamentales de la zona.
Durante la jornada también marcharon miles de simpatizantes del gobierno: en el centro de Caracas, muchos vestidos de rojo, conquistaron varias plazas al ritmo de tambores que pusieron a bailar a algunos, mientras otros hacían ejercicios aeróbicos.
La marcha oficialista, con enormes banderas nacionales e imágenes del héroe nacional Simón Bolívar y del fallecido presidente Hugo Chávez, fue convocada bajo el lema “por la paz y contra el fascismo”.
Desde principios de febrero, Caracas y otras ciudades de Venezuela han sido escenario de protestas de estudiantes y opositores al gobierno para denunciar la inseguridad, la inflación y la escasez de productos.
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El miércoles, las manifestaciones en la capital derivaron en incidentes entre estudiantes, fuerzas antimotines y grupos con distintivos del oficialismo, con un saldo de tres muertos y decenas de heridos y de detenidos.
– La sombra de Uribe –
Maduro fue el principal orador de este sábado en un acto en la céntrica avenida Bolívar, donde volvió a acusar a la “ultraderecha” opositora de promover la violencia y un “golpe de estado” para derrocarlo.
El mandatario justificó la decisión de sacar del aire el miércoles al canal colombiano NTN24 el único que transmitió íntegramente la multitudinaria marcha estudiantil opositora con el argumento de que detrás estaría la mano del expresidente colombiano Álvaro Uribe, quien financiaría a “grupos fascistas”.
Maduro advirtió el viernes que usará la fuerza policial para impedir manifestaciones que no estén autorizadas y bloqueos de las calles, la tiempo que anunció un plan de pacificación contra la violencia criminal en Venezuela que incluye el desarme de la población, mayor vigilancia policial y “normas claras para la televisión”.
Este sábado, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, aseguró que su país está “profundamente preocupado por las crecientes tensiones y la violencia” en Venezuela, así como por los reportes sobre arrestos de manifestantes, de quienes pidió la liberación.
“Estas acciones tienen un efecto paralizante en el derecho de los ciudadanos de expresar su malestar”, señaló Kerry al resaltar que el gobierno venezolano tiene “la obligación de proteger” la libertad de expresión y de reunión.
Estados Unidos se ha unido a la preocupación por la violencia en Venezuela de la ONU y la OEA, que han pedido investigar los disturbios.
Países de la región aliados de Caracas, como Cuba, Argentina y Bolivia, se han solidarizado a su vez con Maduro.
La oposición que cuestionó la estrecha victoria de Maduro en las presidenciales de abril tras la muerte del líder Hugo Chávez responsabiliza al gobierno de la violencia del miércoles y le exige el desarme de los “grupos ilegales armados” del chavismo, llamados “colectivos”, tras denuncias sobre su presencia con armas de fuego en las manifestaciones estudiantiles.
Luego de los incidentes, la justicia venezolana ordenó el arresto del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, bajo cargos de asesinato, entre otros.
López es uno de los tres dirigentes que impulsan ocupar las calles bajo la consigna “La salida” para oponerse al gobierno y que genera reticencias también entre dirigentes de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), entre ellos el líder Henrique Capriles.