“Un asesinato cada 28 horas”, criticó en una nota la ONG que hace más de tres décadas elabora estadísticas sobre estos crímenes.
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“La falta de políticas públicas dirigidas a las minorías sexuales mancha de sangre las manos de nuestras autoridades”, insistió.
El total de 2013 representa un aumento de 14,7% desde la llegada al poder de la presidenta Dilma Rousseff el 1 de enero de 2011, añadió la nota.
“Brasil continúa siendo el campeón mundial de crímenes homo-transfóbicos”, denunció la organización, señalando que un 40% de los crímenes de 2013 contra transexuales y travestis en el mundo ocurrió en este país sudamericano.
Un proyecto de ley de penalización de la homofobia en el Congreso enfrenta hace años la resistencia de las bancadas evangélica y católica y permanece paralizado.
En 2011 fue reconocida en Brasil la unión estable de parejas homosexuales por la Corte Suprema, que les garantizó los mismos derechos que a las heterosexuales.
En 2013, la justicia dio un paso más y determinó que las oficinas públicas que celebran casamientos no podrán rechazar a parejas gay, como algunas lo hacían.
No obstante, el Congreso no ha aprobado hasta ahora una ley al respecto.