“No encontró quienes lo auxiliaran en barcos que pasaron. Nos contó cómo pasaron varios barcos, incluso cerca de él, pido auxilio y no se lo quisieron conceder”, declaró Rodríguez, en conferencia de prensa.
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La ministra explicó que, según Alvarenga, hubo un barco que “casi destruye el botecito porque le pasaron al lado”. “Nos dice que había perdido prácticamente la esperanza de volver al mundo porque incluso no tuvo solidaridad”, subrayó.
“Él pedía auxilio y llamaba, pero nadie lo auxilió”, a pesar de que incluso “lo saludaron” con las manos, lamentó Rodríguez, en la rueda de prensa que dio acompañada del director del hospital San Rafael, Yerles Ramírez y del médico Manuel Bello.
Tras llegar la noche del martes desde las Islas Marshall, donde fue rescatado el 30 de enero, Alvarenga es atendido este miércoles por un equipo de especialistas en el hospital público San Rafael, en Santa Tecla, 12 km al oeste de San Salvador.
“Está prácticamente todo en normalidad (…). Su condición física es envidiable”, comentó la ministra.
A pesar de que los exámenes cardíacos y renales muestras un estado “normal”, las autoridades médicas dijeron no tener claro cuándo podrá ser dado de alta, pues aún hay que someteerlo a otros exámenes, incluidos sicológicos.
“No podemos decir cuándo sera (…). Depende de la condición psiquiátrica más que física”, declaró el médico Manuel Bello, quien dirige el equipo de distiantes especialidades que atiende al náufrago.
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El médico comentó que Alvarenga cumplió un deseo que tenía: comer “tortilla con queso”, hecha a base de maiz, típica de México y Centroamérica. Además comió pan dulce.
Este miércoles, José Salvador caminó y se bañó, pero lloró y “no quiere ver a los medios”, agregó Bello.
Según su propio relato, Alvarenga salió en diciembre de 2012 a pescar tiburones en la costa mexicana del Pacífico, adonde se había quedado viviendo cuando emigró hace unos 15 años rumbo a Estados Unidos.
Su embarcación se averió y quedó a la deriva con un compañero, un joven pescador de 24 años, que según él murió por negarse a comer pescado crudo, aves, y beber sangre de tortuga.
Alvarenga apareció el pasado 30 de enero en las Islas Marshall, a una distancia de 12.500 kilómetros, acaparando la atención mundial.