Por: Kike La Hoz
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Miles de soles de inversión y cientos de horas de clases en una maestría suelen desperdiciarse por la dificultad de presentar la tesis requerida para lograr el ansiado grado de magíster. La realidad no engaña: una vez concluidos los dos años de estudios, resulta una labor quijotesca emprender la tarea, y por eso la deserción es mayoritaria.
No todo está perdido, por suerte. Contrario a los sistemas europeos, que exigen dos años de estudios y uno más para el desarrollo de la tesis a tiempo completo, universidades peruanas como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) vienen desarrollando un programa alternativo.
‘Normalmente, se espera que el alumno acabe los cursos de maestría para declararlo expedito, pero en San Marcos, la investigación puede empezar desde el primer semestre de los cursos. Simplemente eligen un tema y solicitan un asesor’, explica Magdalena García Toledo, docente de la Unidad de Posgrado de la Facultad de Letras de la UNMSM.
Si bien este modelo no garantiza la consecución del grado de magíster en menos de tres años, se torna flexible en una realidad peruana con alumnos que padecen las sobrehoras laborales. ‘Esto ayuda a avanzar mucho con la tesis, que con un esfuerzo adicional se puede tener lista un año después de concluido los estudios’, explica.
De todo modos, García Toledo recomienda, para aquellos agobiados con otras labores, dedicarse a tiempo completo a la investigación una vez concluido los estudios del programa elegido. ‘Si pueden juntar vacaciones o licencias en sus trabajos, mejor, para dedicarse únicamente a la tesis’, dice.
La docente sanmarquina aclara que emprender una tesis no puede ser una labor inmediatista, sobre todo por la necesidad de emprender trabajos de campo, grupos focales y entrevistas.
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Si bien los temas pueden quedarse en un nivel descriptivo y correlacional para no dificultar la investigación, insiste en la seriedad del logro. ‘Un año es un buen promedio para acabarla tras concluir los dos años de estudios’, comenta.
Como última recomendación, la especialista sugiere una mejor preparación durante el pregrado. ‘El otro gran problema, aparte del escaso tiempo, es que en muchas universidades no hay tradición de investigación y le dan prioridad al marketing. Entonces llegan estudiantes con poca formación investigadora’, sostiene.
Luis Aguilar, coordinador del programa de posgrado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), coincide en muchos puntos con García Toledo. Sobre todo incide en la necesidad de implicar a la universidad en la formación investigadora de los maestristas.
‘En dos años de estudios muchas universidades simplemente dictan cursos y dejan de lado el tema de la investigación, que es lo que permite la generación de conocimiento’, explica. En ese sentido, valora lo hecho por la UPCH, que en sus diversos programas de maestría cuenta con muchas horas aplicativas en laboratorios y salas de ensayo para los que se dedican a las ciencias médicas, biológicas, entre otras.
Por otro lado, Aguilar recomienda un soporte económico importante para costear los gastos de la investigación. Y con respecto a la selección de los temas, sugiere una visión ‘realista’, que permita parametrar el objeto de estudio dentro del perfil de la especialidad.
‘Desde el primer año ya se debe comenzar con el proyecto, no buscar conclusiones a largo plazo. Pueden lograrse tesis en tiempos cortos siempre que se fije bien el tema que se busca investigar’, explica Aguilar.
Tips de tesis
1.Elige el tema desde las primeras sesiones en la Maestría. Que cada curso sirva para ir delineándolo. No esperes hasta el final.
2. En caso acabes la maestría sin avanzar la tesis, no la postergues más porque tu tema podría perder actualidad y relevancia académica.
3. En caso de no contar con tiempo para darle una dedicación exclusiva, organiza tu vida laboral y familiar para reservar horas valiosas a la elaboración de la tesis.
4. Contar con un aval es importante, pero no decisivo. Una buena organización de trabajo es lo primordial.
5.No descartes realizar una tesis en conjunto con algún compañero con intereses similares. Algunas universidades ya aceptan este esquema.