En junio de 2010, Maisha Najeeb, que entonces tenía 10 años, fue sometida en el hospital Great Ormond Street a una embolización, una operación para disminuir el flujo arterial del cerebro que consiste en inyectar un pegamento especial para reparar los vasos sanguíneos.
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Antes de la operación, se inyecta al paciente un líquido de contraste que permite visualizar la circulación de la sangre.
Pero según la abogada de la víctima, Edwina Rawson, hubo una confusión con las jeringuillas e inyectaron por error el pegamento en una arteria del cerebro de la paciente.
El cerebro de Maisha Najeeb quedó dañado de manera irreversible y “arruinó su vida”, según su padre. La niña, que ahora tiene 13 años, tiene que ir en una silla de ruedas y ha perdido casi todas sus capacidades físicas y cognitivas.
Un juez del alto tribunal de Londres aprobó el lunes un acuerdo según el cual el hospital tendrá que pagar primero una suma de 2,8 millones de libras, luego 383.000 libras al año hasta que la víctima cumpla 19 años y otras 423.000 anuales hasta su muerte.
“No podemos volver atrás”, dijo el abogado de hospital, Nick Block. “Pero esperamos que a partir de ahora los sistemas y procesos vigentes garantizarán que no se vuelve a producir un error tan trágico”, añadió.