La conocida frase ‘por encima del promedio’ suele aplicarse cuando uno es el más inteligente o el más apto para superar diversas situaciones.
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Pero al parecer este dicho también se aplica a los criminales. Una reciente investigación revela que estar preso por crímenes de diverso calibre no altera la autopercepción de los delincuentes ni baja su autoestima. Al contrario, los presos creen ser mejores que las personas que están libres, según Constantine Sedikides de la Universidad de Southhampton, en Gran Bretaña.
¿De qué manera los presos miden su autoestima? ¿Son en verdad personas narcisistas? Hace mucho se cree que los criminales pueden sufrir de baja autoestima, pero recientes investigaciones demuestran lo contrario. Los criminales y presos tienen niveles más altos de autoestima y narcisismo que cualquier persona. Investigaciones pasadas sostienen que mientras más alta es la autoestima, mayor será el efecto de sentirse ‘por encima del promedio’. Incluso me gustaría suponer que los presos exhiben un efecto aún más fuerte, mayor que el de los que están libres. Esta es una hipótesis que debe ser rigurosamente evaluada por futuras investigaciones.
¿Esa superioridad es responsable de que muchos reincidan en sus crímenes? Al parecer, sí. Las creencias de superioridad serían una razón de eso. Las ideas de que el sentenciado no volverá a cometer delitos tras estar en prisión son generalmente inexactas. Los datos demuestran que aproximadamente la mitad de ellos vuelve a delinquir un año después de salir de la cárcel. Tal vez una razón de sus falsas creencias de éxito ante cualquier situación es el exceso de confianza. Sentirse bien con ellos mismos en relación con los demás (personas comunes y corrientes) puede sesgar su juicio y hacerlos sentir que están fuera de cualquier problema cuando son liberados.
¿Así que deberíamos convencerlos de que no son tan geniales como creen? Intervenciones en las cárceles, que tratan de mejorar habilidades de pensamiento, ya apuntan a hacer ver las ideas erróneas que los delincuentes puedan tener acerca del impacto que su comportamiento ha tenido en la sociedad. Sin embargo, los presos también deben ser animados a explorar la realidad de la vida después de la salida de la cárcel. Por supuesto que se les debe ofrecer apoyo para superar las barreras que pueden impedir una buena reintegración en la comunidad.