Julia Navarro, de 58 años, está embarazada de ocho meses de la bebé de su hija Lorena McKinnon, de 32, quien ha sufrido una docena de abortos espontáneos.
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“Como familia, nos tenemos que ayudar mutuamente”, dijo la abuela, citada en inglés, al diario local Salt Lake Tribune.
Navarro agregó que le agradece a Dios por la oportunidad de ayudar a su hija.
“Yo rezaba, diciendo que si este bebé nace, voy a ayudar a los demás”, dijo al diario desde su casa en Provo, al norte de Utah.
“Me gustaría donar algo del dinero del ‘baby shower’ que tendrá lugar el próximo domingo a los niños en Perú que no tienen padres que los ayuden”.
Tras divorciarse, Navarro se mudó en 2001 junto a su hija McKinnon, que entonces estudiaba diseño gráfico en la Universidad del Valle de Utah.
Tras casarse con Micah McKinnon en 2005, Lorena consiguió embarazarse fácilmente, pero su cuerpo no retenía al embrión por más de siete semanas. La pareja decidió entonces buscar a una madre sustituta.
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Después de que varias candidatas desistieran, la propia madre de McKinnon se ofreció como voluntaria: “¿Por qué no me usas a mí?”, dijo, según el relato del Tribune.
Luego de los exámenes médicos necesarios e inyecciones de hormonas, ya que Navarro era menopáusica, los doctores lograron implantarle un embrión.
McKinnon estima que el favor de su madre le ha permitido ahorrar al menos la mitad de los 60.000 dólares que le hubiera costado el mismo acuerdo con otra mujer.
Si bien el caso es raro, no es nuevo: en 1987 una sudafricana alojó en su vientre a sus nietos trillizos. Más recientemente, en 2008, una mujer en Ohio (noreste) dio a luz a las trillizas de su hija y en 2011 una abuela de 61 años actuó como madre sustituta para su hija, a pesar de que era menopáusica hacía 10 años.
