Desde la sede de las orquestas sinfónicas infantiles y juveniles de Venezuela, el mandatario ratificó en sus cargos al ministro de Justicia, Miguel Rodríguez, así como a la de Defensa, almiranta Carmen Meléndez, a parte del Comando Estratégico Operacional, a la ministra de Comunicación, Delcy Rodríguez conocida por dar a conocer la lista de opositores que viajaron al exterior en las navidades y la de la Mujer, Andreína Tarazona.
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También anunció la designación de Antonio “El Potro” Álvarez, excandidato por el municipio Sucre en las pasadas elecciones locales de diciembre, como ministro de Deporte.
Maduro reasignó a Héctor Rodríguez, exministro de la Juventud, en la cartera de Educación Superior y al mayor general Wilmer Barrientos, exsecretario de la Presidencia, en el ministerio de Industria, “para que vaya a ponerle el empuje a la inversión y el desarrollo económico de Venezuela”, dijo Maduro.
“Son movimientos necesarios para ajustar, mejorar la marcha (…) son ajustes necesarios para seguir librando la batalla por la paz de nuestra patria y el fortalecimiento de nuestra Venezuela amada y querida”, agregó el mandatario.
En horas de la tarde del jueves, todos los ministros venezolanos pusieron sus cargos a disposición, anunció en su cuenta de Twitter Maduro, quien sucedió a Hugo Chávez, fallecido en marzo de 2013.
“He recibido las cartas todos los ministros poniendo su cargo a la orden para facilitar la renovación del Gobierno”, escribió el jefe de Estado tras los agradecimientos por el “esfuerzo y la lealtad que han demostrado en estos tiempos de Revolución”, añadió en otro mensaje.
Maduro, cuyo anuncio se produce en plena conmoción por el asesinato de una reina de belleza y su pareja en una carretera, ganó las presidenciales de abril por un estrecho margen de 1,5% de votos.
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Su gestión ha estado marcada por un fuerte alza de la inflación hasta el 56% anual, una escapada del dólar en el mercado paralelo ilegal hasta superar en 10 veces la cotización oficial y problemas de abastecimiento, todos definidos por las autoridades como fruto de una “guerra económica de la burguesía”.