“Contrariamente a sus afirmaciones, los mensajes privados intercambiados en Facebook son sistemáticamente interceptados por la compañía para conocer el contenido de las comunicaciones de sus usuarios”, afirman Matthew Campbell y Michael Hurley, registrados en Facebook desde 2008 y 2009 respectivamente.
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A diferencia de los mensajes en el “muro” de los usuarios, visibles por todos los “amigos” de la red, el objetivo de los mensajes privados es que sean leídos únicamente por sus destinatarios.
Sin embargo, cuando un usuario “escribe un mensaje al que adjunta un link hacia un sitio de internet (un URL), la compañía analiza el contenido del mensaje” y “busca informaciones que le permitan elaborar un perfil de la actividad en internet de la persona que ha escrito el mensaje”, sostienen Campbell y Hurley.
Los denunciantes, que presentaron la demanda esta semana ante un tribunal de California, donde Facebook tiene su sede, acusan a la red social de recopilar los datos sin el conocimiento de los usuarios y capitalizarlos al compartirlos con terceros: anunciantes, compañías de marketing y otros proveedores de datos.
Según Campbell y Hurley, las comunicaciones privadas en la red crean una oportunidad “especialmente rentable” para Facebook, porque “los usuarios que creen que se están comunicando mediante un servicio libre de vigilancia tienen probabilidad de revelar datos sobre ellos mismos que no revelarían si supieran que el contenido está siendo monitoreado”.
Esta práctica, de ser confirmada, constituiría una violación de las leyes que regulan la confidencialidad de las comunicaciones electrónicas.
Los parámetros de confidencialidad en Facebook y el respeto de la privacidad se encuentran entre las principales preocupaciones de los 1.200 millones de usuarios de la red social a nivel mundial.