El padre Luis Miguel Mendes, de 37 años de edad, fue declarado culpable de 19 crímenes por el tribunal de Fundao.
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Su juicio se realizó a puertas cerradas para proteger a las víctimas, de las cuales cinco eran seminaristas internos cuando ocurrieron los hechos.
Detenido en diciembre de 2012, Mendes fue internado en una residencia y llevaba un brazalete electrónico para ser controlado en todo momento.
Este caso de pedofilia en el seno de la Iglesia católica, mayoritaria en Portugal, fue revelado gracias al testimonio en la prensa de una de las víctimas, de 15 años de edad.