(AFP). Los trabajadores de la central nuclear japonesa de Fukushima comenzaron este lunes a retirar el combustible del reactor 4, la operación más delicada desde que el tsunami de marzo de 2011 devastara las instalaciones.
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La compañía gerente de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), informó de que comenzó a retirar las barras de uranio y de plutonio de esa piscina de almacenamiento, el primer paso del proceso de desmantelamiento de la instalación que llevará décadas.
La operación se produce tras meses de retrasos y problemas técnicos, entre ellos repetidas fugas de agua radiactiva, que provocaron amplias críticas por la gestión del peor accidente nuclear desde el de Chernóbil en 1986.
Sin embargo, este trabajo es menor si se compara con la tarea mucho más compleja que acometerán los ingenieros, quienes tendrán que eliminar los núcleos deformados de otros tres reactores que se fundieron antes de quedar bajo control hace dos años.
Las barras de combustible están agrupadas en más de 1.500 paquetes que deben extraerse de la piscina de almacenamiento en la que se encontraban cuando el tsunami arrasó Fukushima en marzo de 2011.
En dos días la compañía espera retirar 22 paquetes de combustible, por lo que la operación completa está previsto que necesite más de un año para completarse.
“A las 15H18 (06H18 GMT), comenzamos a retirar el primer paquete de combustible con una grúa”, dijo este lunes un portavoz de TEPCO.
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La enorme grúa, que funciona con control remoto, se colocó dentro de la piscina desde donde captura los paquetes para colocarlos uno a uno dentro de un barril que previamente fue sumergido completamente en el estanque.
Posteriormente, el barril de 91 toneladas será retirado de la piscina, colocado en un camión y conducido a una piscina de almacenamiento diferente situada a unos 100 metros.
Los expertos advirtieron de que los errores podrían desencadenar un rápido deterioro de la situación.
“Estamos preocupados porque TEPCO podría no ser capaz de llevar a cabo esta arriesgada operación de forma segura”, dijo este lunes Greenpeace.
La ONG añadió que un trabajo mal hecho significaría “que los trabajadores podrían estar expuestos a excesivos niveles de radiación y en el peor de los casos podría haber una nueva liberación masiva de radiación a la atmósfera”.
‘Gran riesgo’
Operaciones de este tipo forman parte de la rutina de otras centrales nucleares, pero tras el accidente las condiciones se han vuelto mucho más complejas en Fukushima.
“Es un proceso importante que es parte inevitable del proceso de desmantelamiento, pero incluye trabajo que podría plantear un gran riesgo”, dijo el Centro de Información Nuclear Ciudadana, un centro independiente de estudios sobre la energía.
Hiroaki Koide, profesor en el Instituto de Investigación de Reactores de la Universidad de Kioto, explicó que el momento de la extracción de las barras de combustible es crucial ya “que la piscina de almacenamiento del reactor se encuentra en una situación inestable”.
Koide señaló que el proceso completo de desmantelamiento implicará “desafíos sin precedentes”.
El reactor número 4 no se encontraba operativo en el momento del accidente, pero el hidrógeno del reactor 3 penetró en el edificio y explotó, volando el tejado y dejándolo a merced de terremotos, tormentas u otro tsunami.
TEPCO indicó que por el momento no se encontraron daños en los paquetes de combustible del reactor número 4, pero continuará con las supervisiones por si aparecieran anomalías, como el óxido.
El proceso “tiene que realizarse con extremo cuidado”, dijo Hiroshi Tasaka, profesor en la Universidad Tama de Tokio.
“El alto nivel de residuos radiactivos [en otros] reactores es lo más difícil de tratar, ya que el interior es un desastre”, añadió Tasaka.
El desmantelamiento completo de Fukushima podría durar décadas e incluirá trabajos que hasta el momento no se han realizado en ningún lugar del mundo.