Las imágenes del niño de unos 7 años, vestido con una camiseta amarilla, que se sube a la tarima instalada frente a la basílica, abraza al papa mientras lee un discurso, a lo que el pontífice responde con una caricia y sin molestarse, han sido transmitidas por numerosas páginas internet y televisiones de todo el mundo.
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El comportamiento del chico que se negó a volver a su lugar pese a que un guardia de seguridad intentaba convencerlo, generó risas y aplausos entre los asistentes el sábado a la Jornada Mundial de la Familia.
Según medios de prensa latinoamericanos e italianos se trata de un niño de origen colombiano adoptado junto a su hermano por una familia católica italiana de la región de Abruzos, en el centro de Italia.
Según la prensa italiana, el niño se llama Didier.
El gesto de impedir que se acerquen al papa otras personas para saludarlo así como el de permanecer sentado en la silla papal blanca mientras el papa leía su discurso divirtió inclusive a monseñor Georg Gänswein, prefecto de la casa pontificia y secretario privado de papa emérito Benedicto XVI, presente en el lugar.
Interrogado sobre el caso, padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, aseguró que no tiene datos sobre el niño, pero que las imágenes eran “bellas y simpáticas”.
Desde que fue elegido en marzo, el papa latinoamericano rompe moldes y suele comportarse siempre con sencillez, dejándose abrazar por la muchedumbre, lo que preocupa a los encargados de su seguridad.