Ser mujer y conducir un automóvil no es algo posible en el país de Arabia Saudí. Es por ello que un grupo de activistas se dieron cita hoy para romper con esa tradición con una protesta simbólica: salir a las calles manejando los autos de sus esposos para mostrar su desacuerdo con la norma.
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Hoy varias activistas publicaron en la red social Twitter, bajo el hashtag Women2Drive, imágenes de ellas manejando en apoyo a la protesta. A pesar de que las principales calles de Riyadh y algunas carreteras cercanas a domicilios de las activistas fuesen bloqueadas por la policía.
‘Todos saben que en el reino de Arabia Saudí las mujeres están prohibidas de manejar, así que vamos a aplicar la ley contra los violadores’, aseguró hoy el portavoz del Ministerio Mayor General, Mansour al-Turki.
‘Un grupo específico no pueden imponer su opinión a todo el mundo’, agregó el ministro.
En Arabia Saudí rige una estricta interpretación de la ley islámica o sharía que impone la segregación de sexos en espacios públicos. Como consecuencia, está prohibido que las mujeres conduzcan, asistan a estadios de fútbol o viajen fuera del país sin el permiso del varón, tutor, Muharram o hermano de la familia.
Para luchar contra lo que consideran una ‘injusticia machista’, impuesta desde 1990 es que se fundó la asociación Women2drive. Sus miembros son los que han convocado a una movilización para este sábado a protestar por su derecho a manejar.
Una protesta que busca convocar también el apoyo de los hombres, ya que los instan a sentarse en el asiento de copilotos, ya que de lo contrario recibirían una multa de más de mil dólares.
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La iniciativa surgió luego que la activista del movimiento, Manal al-Sherif, fuera encarcelada tras subir a la páginas de Youtube un vídeo de ella conduciendo su propio vehículo en la ciudad de Al Jobar.
Las autoridades consideraron este hecho como una ‘violación al orden público’. Lo mismo ocurrió con Shaima, una saudí que fue condenada a diez latigazos por ponerse al volante en 2011, aunque meses después el mismo rey Abdulaziz bin Baz la indultara.
Por su parte Amnistía Internacional se pronunció y consideró que ‘las autoridades sauditas utilizan como pretexto la prevención; aseguran que la ley no es discriminatoria pero no dejan de intimidar a las activistas’.
La organización ha denunciado que el gobierno realiza ‘llamadas telefónicas y amenazas por internet, así como la prohibición arbitraria de viajes de las activistas y miembros de su familia’.
Un vídeo de la cuenta «Campaña del 26 de octubre» donde se muestra a una de las activistas conduciendo.