El caso del condenado a muerte iraní Alireza M. ha dado la vuelta al mundo. Al sujeto se le dictó la pena máxima por tráfico de drogas, pero increíblemente sobrevivió a su propia ejecución.
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Al día siguiente del ahorcamiento, un empleado de la morgue descubrió que aún respiraba. Sin embargo, el alivio de su familia duró poco, ya que un juez ha determinado que Alireza debe volver al cadalso, informó el diario El País.
“La terrible perspectiva de que este hombre se enfrente por segunda vez a la horca, tras haber pasado ya por semejante trago una vez, sólo subraya la crueldad y la brutalidad de la pena de muerte”, ha declarado Philip Luther, director del programa para Oriente Próximo de Amnistía Internacional.
Alireza M. fue ejecutado a principios de este mes en la prisión de Bojnurd, la capital de la provincia de Jorasán Septentrional. El hombre tiene 37 años, es casado y tiene dos hijas. Había sido condenado a muerte por ser hallado con un kilo de clorhidrato de metanfetamina.
Un médico certificó su fallecimiento después de permanecer 12 minutos colgado en la horca, y su cuerpo fue trasladado al depósito de la cárcel. Pero según reveló la semana pasada la prensa iraní, un empleado de la morgue descubrió que estaba vivo y avisó a la familia. Desde entonces permanece en un hospital bajo vigilancia armada.
El País informa que dentro de Irán, un grupo de abogados ha firmado una petición al jefe del Poder Judicial, el ayatolá Sadeq Lariyaní, para pedir el sobreseimiento del caso dada su excepcionalidad. Sin embargo, el juez competente ha informado a la familia de que Alireza M. será ejecutado de nuevo “en cuanto reciba el alta médica”. Su postura ha sido respaldada por Nurollah Aziz-Mohamadi, un destacado juez, citado por el diario Irán.
“Según la Sharía (ley islámica), si alguien sobrevive a una ejecución, no debe de ser ejecutado de nuevo, y hasta donde yo sé, nadie ha sido ejecutado una segunda vez”, discrepa la abogada Farideh Gheirat, consultada por la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán.
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“Las autoridades iraníes deben frenar de inmediato la ejecución de Alireza M. y dictar una moratoria en el resto”, pide Amnistía Internacional. Esta organización recuerda que Irán tiene la mayor tasa de ejecuciones per cápita del mundo y sólo China, con una población mucho mayor, lo supera en número. De acuerdo con sus datos, al menos 508 personas han sido ajusticiadas este año, incluidos 221 casos que no se han confirmado oficialmente.
Aunque Hasan Rohani ha prometido acabar con el ambiente represor del anterior gobierno, grupos de derechos humanos apuntan que desde su llegada a la presidencia en agosto, se han producido 125 ejecuciones.