Tener un ‘amigo imaginario’ puede brindarle al niño las herramientas para afrontar mejor los problemas cuando sea adulto. Estas son las conclusiones de un estudio publicado en The Wall Street Journal.
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La investigación realizada por la Universidad Durham muestra que tener un ‘amigo imaginario’ ayuda a que el niño converse consigo mismo. Eventualmente esa conversación se convierte en un diálogo interior alrededor de los siete años.
Investigadores hallaron que los niños que tienen un amigo imaginario eventualmente desarrollan un mejor razonamiento, lo que lo hace ser mejor en tareas cognitivas como es el resolver un rompecabezas.
Las muestras se recogieron de 148 niños de cinco años de edad mientras simulaban ir a una tienda de helados. En el lugar la madre simulaba realizar actividades como leer o dejando al niño solo por un momento para observar cómo ellos inician una conversación consigo mismos.
Cerca del 46% de los niños reportaron tener compañeros imaginarios a partir de los 2 años.
Los resultados de la investigación serán publicados en la edición de noviembre del Journal of Experimental Child Psychology .