La historia de Malala Yousafzai ha traspasado todas las fronteras. La joven activista de apenas 16 años recibió el pasado 9 de octubre un disparo en la cabeza cuando regresaba del colegio en un autobús escolar, en la ciudad de Mingora, al noroeste de Pakistán.
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Era poca la probabilidad de que se recupere. Su padre, Ziauddin Yousafzai, quien estuvo con ella durante el traslado en helicóptero al hospital militar en Peshawar, se preparaba para lo peor.
Pero luego de varias semanas en cuidados intensivos Malala sobrevivió. Y a pesar de las secuelas que dejó este ataque talibán, la joven que alzó su voz de protesta para defender el derecho a la educación de las niñas en su país, brinda su testimonio en la reciente publicación de su libro.
Malala recuerda la advertencia que le hizo su madre esa mañana. “Ahora que estás creciendo y la gente te conoce, no debes ir caminando, deber ir en carro o autobús para estar más segura”.
Minutos más tarde dos hombres detuvieron el autobús e ingresaron preguntando “¿Quién es Malala?”. No recuerda cómo eran, pero su amiga Moniba sí. Y los describió como “dos estudiantes universitarios”.
Hasta ese momento la joven había participado en un programa de televisión nacional donde expresó sus opiniones sobre el derecho de las mujeres a la educación, asimismo escribía de forma anónima en un blog del Servicio Urdu de la BBC.
Al identificarla los hombres comenzaron a disparar. Y así como ella sus dos compañeras (Shazia Ramzan y Kainat Riaz) también resultaron heridas.
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Luego de esa experiencia Malala despertó a mediados de octubre del coma inducido. “Abrí los ojos y lo primero que vi fue que estaba en un hospital. (…) Le agradecí a Dios por haberme dado una nueva vida”, relata.
En su cumpleaños número 16 Malala emitió un discurso en la asamblea de jóvenes en la sede central de las Naciones Unidas, en Nueva York.
“Un niño, un maestro, un libro, un lápiz pueden cambiar el mundo”, dijo ante una multitud de jóvenes.
Tras el ataque muchos han especulado que puede ser la ganadora del Premio Nobel de la Paz de este año, el cual se anunciará este viernes en Estocolmo. Sin embargo, Malala ahora solo piensa en volver a Pakistán e incursionar en la política.
En una entrevista realizada por la BBC, Malala consideró que los talibanes ahora deben de estar arrepentidos de haberle disparado, ya que su historia y su mensaje sobre el derecho de la mujer a la educación ahora se conoce en todo el mundo.