Por: Sabrina Rodriguez
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Quien se haya cruzado en la noche con una unidad móvil del serenazgo lo sabe. Las circulinas azules de estos vehículos irradian una fuerte luz, que muchas veces perturba peligrosamente la visión de conductores y peatones.
En los últimos meses, varias quejas de vecinos han levantado las alertas respecto a la pertinencia de usar estas luces. Sin embargo, para municipios como los de Magdalena del Mar, Miraflores, Barranco y San Borja, las luces LED que usan sus vehículos de seguridad se ciñen a los estándares establecidos por ley y tienen una función ‘preventiva y disuasoria’.
Además, indican que no dañan la visión de las personas y reiteran que su uso varía dependiendo de si es una emergencia o un patrullaje.
Marco Miyashiro, gerente de Seguridad Ciudadana de Magdalena, admite que el municipio ha recibido numerosas quejas por las circulinas azules del serenazgo.
En el caso de esta comuna, solo 10 de las 55 unidades de su flota pueden regular sus luces.
‘En el caso de las camionetas, bajar la intensidad sí puede ser una opción. Pero esto no es posible en los automóviles y motocicletas, pues no tiene un regulador. En el caso de las motos, la cosa no es tan problemática, pues usan focos pequeños’, dice.
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Miyashiro explica que hay situaciones de emergencia en las que es importante el uso de luces fuertes. ‘Estas sí podrían causar un malestar en los ojos’, indica.
En el caso del municipio de Miraflores, sus representantes indican que la intensidad de las luces de su flota es siempre la misma. ‘Lo único que varía es su intermitencia, puede ser fija, rotativa o discontinua. El uso de cada uno va a depender de la función que hagan los serenos’, indican desde el área de Seguridad Ciudadana.
En esta misma línea se pronuncia el gerente de Seguridad Ciudadana y Tránsito de San Borja, Hugo Niembro: ‘Las circulinas modernas LED no son más o menos intensas, sino que tienen varias posiciones. Hay una de monitoreo y otra de emergencia’, comenta a Publimetro.
En Barranco, las autoridades optaron por regular las luces del serenazgo con la menor intensidad posible, con el fin de no molestar a los vecinos, que ya se habían quejado.
‘La empresa que nos vendió las circulinas bajó la intensidad de las luces. Ellos tienen unos códigos para regularla y así no perturbar la visión’, comenta su gerente de Seguridad Ciudadana, Adbul Miranda.
Miranda también explica que en su distrito el uso de las luces no es permanente, pues los serenos recurren a ellas solo ‘en ciertos momentos y en ciertas horas’. ‘Es una forma de que el vecino se sienta seguro en el distrito y una medida de disuasión para los delincuentes’, agrega Miranda.