Los medios audiovisuales (radio y televisión) mantienen su liderazgo en el Perú, pese al avance de sus pares digitales. El reciente Estudio de Actitudes, Hábitos y Opinión sobre la Radio y Televisión del Consejo Consultivo de la Radio y la Televisión (ConcorTV) confirma la preferencia de los peruanos por estos medios para entretenerse e informarse.
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En encuesta realizada en 17 ciudades a nivel nacional, la TV resulta ser el medio más consumido, llegando a un nivel del 99%. El uso de Internet ha crecido un 2% (de lunes a viernes hasta 44%) y 3% (sábados y domingos hasta 40%). La radio es escuchada por el 85% de peruanos.
Si estas preferencias se contabilizan por horas, resulta que los peruanos le dedican a la televisión un promedio de 3 horas y 20 minutos al día. Más atrás queda la radio (2h53m), Internet (2h40m), los videojuegos (2h16m) y la lectura de diarios y revistas (1h23m). El estudio de ConcorTV concluye así que los peruanos le dedican más de 12 horas y 30 minutos diarios al consumo de medios.
Si comparamos estos resultados con el reporte de consumo de medios de GlobalWebIndex en 31 países presentado en marzo (donde no figuraba el Perú), nuestro país estaría por encima del promedio internacional (10 horas y 36 minutos). Incluso, estaríamos apenas detrás de Argentina, país que encabezó la lista con casi 13 horas.
Al evaluar sus funciones, para los peruanos la televisión es el medio de comunicación por excelencia. Es considerado el más entretenido (49%), el más educativo (34% junto a Internet), el más informativo (51%), cercano a la gente (54%) y veraz (45%).
Sin embargo, también es considerado el medio más sensacionalista (71%), el que ofrece más palabras groseras e insultos (73%), escenas de sexo (61%), violencia (82%), tratos discriminatorios (74%) y situaciones de mal ejemplo para la sociedad (73%).
Además, solo el 40% de peruanos sabe que existe una entidad reguladora de contenidos televisivos. El 56% conoce el horario familiar (de 6 a.m. a 10 p.m.) y el 38% sabe que puede quejarse ante el propio medio de comunicación por los contenidos que atenten contra la franja familiar.
