Más de 50 personas y cerca de un centenar de heridos dejó hoy tres explosiones en un barrio chií al noreste de Bagdad, en Irak.
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La madrugada de este sábado un automóvil chocó a una carpa ubicada en un barrio ubicado en la ciudad de Sadr, donde un centenar de personas se había reunido para realizar un funeral.
Minutos después de la primera explosión otro automóvil estallaría en las inmediaciones, y finalmente una tercera explosión se registró cuando la policía, ambulancia y bomberos acudían al lugar.
Este ataque es solo uno de la ola de violencia desatada en el país iraquí, esto debido a la brecha entre los grupos Suníes y Chiíes que cada día se abre más influenciado por el conflicto que se vive actualmente en Siria.
En el país vecino los rebeldes, mayormente musulmanes suníes, están combatiendo por derrocar el gobierno de Bashar al-Assad, un grupo de chií que Irán lo defiende. Y tanto suníes como chiíes han cruzado la frontera hasta llegar a Irak para pelear en los dos bandos del conflicto civil.
Cerca de 800 iraquíes han muerto en actos de violencia tan solo en el mes de agosto, según reportó las Naciones Unidas.
El ataque de hoy ocurrió días después que un grupo de insurgentes lanzaran un ataque suicida contra una estación de la policía en Baiji, una localidad al norte de Bagdad, donde murieron seis policías y dejó una veintena de heridos.
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En este atentado, cuatro terroristas atacaron la base, según informó la policía. Pero los agentes se encontraban en el momento del ataque en una operación de seguridad fuera de la ciudad, reduciendo así la cifra de víctimas.
Hasta ahora ningún grupo insurgente se atribuyó de inmediato la responsabilidad por el atentado, en el que al menos 100 personas resultaron heridas, dijeron médicos.