Las olas de calor serán cada vez más fuertes y más frecuentes en los próximos 30 años, en particular en regiones como Sudámerica, Africa y Europa, según un estudio publicado este jueves por la revista científica Environmental Research Letters.
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“Hasta 2040, la frecuencia de los episodios de calor extremo va a aumentar, independientemente de las emisiones de gas de efecto invernadero (GES) a la atmósfera”, resume Dim Coumou del Instituto Potsdam que investiga el impacto del cambio climático.
“En cambio, los esfuerzos para reducir las emisiones de GES pueden reducir fuertemente el número de episodios extremos en la segunda mitad del siglo XXI”, dice el investigador que ha realizado este estudio con Alexander Robinson, de la Universidad Complutense de Madrid.
Las regiones tropicales serán las más afectadas, lo que ya se viene observando entre 2000 y 2012, según el estudio.
Las olas de calor excepcionales, calificadas como acontecimientos 3 sigma (que se diferencia de la media histórica de tres intervalos tipo), como azotaron a Europa en 2003 o a Estados Unidos en 2012, van a afectar al doble de zonas en 2020, es decir, el 10% de la superficie terrestre del globo.
En 2040, 20% de las tierras del planeta se verán afectadas.
Para ese año, los episodios climáticos todavía más extremos (5 sigma), como prácticamente no se conocen ahora, afectarán al 3% de la superficie del globo.
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Después de esta fecha, dependerá de la cantidad de GES que se emitan a la atmósfera. Si las emisiones son pequeñas y la concentración de GES en la atmósfera no excede los 490 PPM equivalente CO2, el número de episodios extremos se estabilizará en torno a los niveles de 2040.
Esto significa que a finales de siglo, las olas de calor excepcionales se convertirán en algo habitual en los trópicos, el 50% de los veranos en Sudamérica y en África occidental, y el 20% en Europa occidental.
Pero en el escenario en que las emisiones sigan creciendo según sus trayectorias actuales, los episodios 3 sigma afectarán al 85% de las zonas del globo en 2100, y los episodios 5 sigma al 60%.
“Estos episodios extremos pueden tener un impacto muy dañino en la sociedad y los ecosistemas, causando muertes ligadas al calor, incendios forestales, pérdidas de producción agrícola”, alerta Dim Coumou.