La detención de Treviño la madrugada del lunes por la Marina Armada cerca de Nuevo Laredo (Tamaulipas, noreste), fronteriza con Estados Unidos, es el golpe más importante contra el narcotráfico del gobierno de Enrique Peña Nieto, que asumió el poder en diciembre.
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El “Z-40” había asumido el control de esta organización fundada por exmilitares de élite desertores tras la caída de su jefe Heriberto Lazcano “El Lazca”, abatido por la Marina el pasado octubre aunque su cadáver fue robado después por un comando armado.
“La captura de Treviño es un golpe duro, pero no significa la caída ni el exterminio de Los Zetas”, dijo a la AFP el experto en narcotráfico Ricardo Ravelo.
Esta organización, que tiene un liderazgo claro pero también opera a través de franquicias de células locales, se “mantiene intacta en todo el país y es más probable que puedan rehacerse con la reasignación de un nuevo jefe a que puedan desaperecer”, advirtió Ravelo.
Los Zetas son el segundo cártel más importante de México, tras el de Sinaloa, y trata de dominar el tráfico de droga desde Suramérica hasta la frontera con Estados Unidos atravesando la región centroamericana, así como en varios países europeos particularmente en Italia, indicó Ravelo, autor del libro ‘Crónicas de sangre: cinco historias de Los Zetas’.
Para el experto en seguridad Raúl Benítez Manaut, este nuevo descabezamiento de Los Zetas plantea dos escenarios, “el positivo es que se va debilitando la organización y el negativo es que puede haber una guerra entre los subordinados y puede tener mucha violencia”.
Analistas creen que el más probable sucesor del “Z-40” sería su propio hermano menor, Omar Treviño, alias “Z-42”, pero está por verse si es capaz de obtener suficiente respeto dentro de la organización, señaló la consultoría de inteligencia estadounidense Stratfor.
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“Omar podría tomar el poder relativamente rápido, o alguien de los Zetas podría ver esto como una oportunidad para una lucha interna”, consideró Sylvia Longmire, exagente de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y autora del libro “Cartel: la invasión que viene de la guerra del narcotráfico de México”.
Pero también podrían estar al acecho de venganza grupos rivales con quienes Los Zetas han disputado palmo a palmo su expansión desde sus feudos de la costa este al centro y oeste de México, como sus antiguos aliados del cártel del Golfo, los Caballeros Templarios o el cártel de Sinaloa que lidera el capo más buscado, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Los Zetas, el símbolo de la crueldad del narco
“El Chapo” Guzmán, el mayor enemigo de Los Zetas, “podría decir que esto es perfecto, un momento oportuno para golpear ante una falta de liderazgo”, apuntó Longmire, que anticipa que los cárteles rivales a Los Zetas “podrían oler la sangre”.
El gobierno mexicano, que se ha comprometido a frenar la violencia de la anterior presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) aplicando una estrategia de seguridad diferente al combate frontal militar, no ha apuntado quién podría relevar a Treviño aunque ha recalcado que se encuentra “en alerta” ante un eventual repunte de la violencia.
Treviño no formó parte de los militares de élite mexicanos que fundaron Los Zetas al ser reclutados a finales de la década de 1990 como guardia personal de Osiel Cárdenas, el entonces líder del cártel del Golfo.
No obstante, la extrema crueldad del detenido, que originalmente pertenecía al cártel del Golfo, encajó pronto con la que ejercían Los Zetas, el grupo que se convirtió en símbolo de los crímenes más sanguinarios de los últimos años, decapitando y desmembrando a sus víctimas que eran dejadas en lugares públicos para sembrar el terror.
También se les atribuye la comisión de una gran cantidad de delitos como el secuestro y asesinato de migrantes centroamericanos, entre ellos la matanza de 72 indocumentados en 2010.
De acuerdo con el consultor Gerardo Rodríguez, la información para la captura de Treviño pudo provenir de sus propias filas o de las agencias de inteligencia de Estados Unidos.
El vocero de seguridad de México, Eduardo Sánchez, no aclaró a la AFP si contaron con ayuda de Estados Unidos para la detención, que coincidió con varias reuniones de alto nivel entre ambos gobiernos en los últimos días.