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Nos probamos los Google Glass

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Llego a las oficinas del gigante motor de búsqueda para conocer los Google Glass, un dispositivo que se pone en la cabeza con cámara, Internet y una pantalla digital. Esencialmente, un smartphone que puedes ponerte como cualquier par de lentes.

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Sostengo con mis dedos los 36 gramos de plástico y titanio naranja metálico y siento que se me pueden romper. Me los pongo con mucho cuidado.

Para encenderlo, muevo mi cabeza hacia arriba, lo que activa la pantalla. En ella aparece la frase ‘Ok, glass’. Repito estas palabras y se despliega un menú con opciones como ‘Google’, ‘tomar una foto’, ‘grabar un video’, ‘llegar a…’, ‘enviar un mensaje a…’, ‘hacer una llamada a…’, ‘juntarse con…’, ‘compartir transmisión de video en vivo’.

Emocionado, digo: ‘Ok, glass, llegar al Palacio de Buckingham’. Después de un par de segundos, el dispositivo me muestra el camino hacia la casa de la reina con instrucciones paso a paso de cómo llegar.

Luego, continúo con mis pruebas. ‘Ok, glass, Google, ¿cuál es la capital de Nicaragua?’, y me sale ‘Managua’. Luego digo: ‘grabar video y reproducirlo’. Incluso le pido definir una mala palabra y en segundos lo hace. Y todo esto sin presionar un solo botón.

Mientras navego por el menú, encuentro la opción de videollamada. Luego, le pido el pronóstico del tiempo para mañana. Dare órdenes en voz alta a un par de lentes aún me parece algo extraño.

A pesar de todo, los Glass son una pieza impresionante en el mundo de los gadgets. Los Glass tienen un gran potencial. Por ejemplo, ya han sido usados por cirujanos para grabar operaciones. También serían muy útiles y fáciles de usar para ubicar direcciones mientras se camina o se maneja el auto.

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A estas alturas, un periodista como yo, no lo suficientemente ‘geek’, se sigue preguntando por algunas aplicaciones más prácticas para la vida. La gente de Google me dice que se encuentran trabajando en hacerlos aún más universales, para todos las necesidades.

Y es que, cuando llegué, me imaginaba que me convertiría en Terminator, con reconocimiento facial y una vista más amplia de todo… pero ese escenario es aún pura fantasía.

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