El jefe de Estado, hablando por la televisión, dijo “el pueblo me eligió en elecciones libres y equitativas” y añadió que “seguirá asumiendo la responsabilidad” del país.
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La “legitimidad” es “la única garantía contra el derramamiento de sangre”, dijo, en respuesta implícita a los que cree que su salida permitiría resolver las tensiones en el país.
Mursi añadió que estaba dispuesto a “dar la vida” para proteger a esta legitimidad.
El presidente reiteró su llamado al diálogo para sacar al país de la crisis, que la oposición ha ignorado en forma reiterada, estimando que era una fachada.