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En el año 2011 la veterinaria Cynthia García (29) encontró en la rehabilitación del comportamiento canino una gran oportunidad de negocio.
‘Cuando trabajaba en veterinarias noté la preocupación de los dueños por el comportamiento de sus mascotas. Siempre me comentaban que eran muy ruidosos, mordelones y que se orinaban en la casa’, comenta Cynthia.
El servicio que brinda Psico Can se da a domicilio. Antes de empezar cualquier terapia es importante observar al can en su hábitat natural.
‘Los problemas de conducta se dan en la casa. Por eso voy allá y veo cómo el perrito interactúa con sus dueños, dónde duerme, a qué hora lo sacan a pasear, etc.’, señala.
Luego de la fase de observación, Cynthia escucha los pedidos del dueño del perro y aplica una estrategia de corrección de conducta basada en el ejercicio, la disciplina y el afecto.
‘Antes de iniciar la terapia hay que descartar que el perrito tenga algún problema físico. A veces esto genera problemas de comportamiento. Por ejemplo, una otitis puede causar hiperactividad o algún dolor en la patita los puede volver agresivos’, explica.
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La siguiente etapa es hacer que el perrito gaste la mayor cantidad de energía posible.
‘La idea es pasearlos y hacerlos correr para que se sientan cansados y sin energía para hacer desmanes dentro de la casa’, señala Cynthia.
Cuando se le enseña a la mascota a obedecer mediante comandos de voz o con sonidos, es importante tratarlos con afecto.
‘Cuando el perrito se vuelve obediente y responde a los comandos es necesario felicitarlos y hablarles con cariño. Esto hará que las conductas aprendidas sean reforzadas’, indica la joven veterinaria.
Los problemas atendidos en Psico Can tienen que ver principalmente con tres puntos: agresividad, hiperactividad y ansiedad por separación. Cada uno de ellos requiere de un tiempo y estrategias diferentes de terapia.
‘Para las mascotas con problemas de agresividad el tratamiento dura entre dos y tres meses. Para los que sufren de hiperactividad es más o menos de mes y medio. Y para los que tienen ansiedad por separación, o sea, los perritos que lloran cuando el dueño se va de casa, hasta unos cuatro meses’, detalla Cynthia.
Sin embargo, es probable que el tratamiento se alargue. ‘Lo que pasa es que cada perrito es un mundo diferente. Además, el dueño debe continuar la terapia de manera permanente con los consejos que le damos’, concluye.