El ADN humano es un producto de la naturaleza y no puede ser patentado, dictaminó el jueves la Corte Suprema de Estados Unidos, que estimó que sólo puede ser objeto de patente el ADN complementario, esto es, copiado artificialmente y replicado.
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“Un segmento de ADN de origen natural es un producto de la naturaleza y no puede ser patentado simplemente porque ha sido aislado, pero el ADN complementario puede ser patentado porque no se produce de manera natural”, señaló el máximo tribunal de justicia estadounidense.
Los nueve miembros del tribunal revirtieron así una decisión de 2012 de una corte de apelaciones, que permitió a la compañía de biotecnología Myriad Genetics Inc. patentar dos genes vinculados al cáncer de mama y de ovario.
Uno de estos genes defectuosos fue detectado en particular en la estrella de Hollywood Angelina Jolie , quien se sometió a una ablación de senos para conjurar un riesgo muy elevado de cáncer.
“Las leyes de la naturaleza, los fenómenos naturales y las ideas abstractas son herramientas fundamentales del trabajo científico y tecnológico que no entran en el campo de la protección de las patentes”, indicó el alto tribunal, zanjando una intensa batalla jurídica contra Myriad.
Esta empresa de biotecnología presentó nueve solicitudes de patente por esos dos genes aislados en los años 1990, y cuyas mutaciones hereditarias incrementan fuertemente el riesgo de contraer cáncer de seno o de ovario.
La alta Corte validó sin embargo las patentes de Myriad sobre el ADN complementario, es decir copiado del ADN de una célula y sintetizado artificialmente.
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En ese caso, “el técnico del laboratorio crea sin ninguna duda algo nuevo”, escribió el juez Clarence Thomas en el fallo.
Casi el 20% de los genes humanos identificados están actualmente bajo patente, algunos de los cuales se asocian con la enfermedad de Alzheimer y ciertos tipos de cáncer.
Estas patentes son a veces propiedad de empresas privadas, pero también de universidades y centros de investigación interesados en mantenerlos en el dominio público para evitar que las empresas se apoderen de ellos.