“Es como un filme de terror. Como mirar una película mala en la que somos los protagonistas, sin sospechar nada de lo que pasa”, explicó Angie Gregg a la cadena CNN.
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“Todas esas cosas extrañas que me llamaron la atención en los últimos años, como mantener su casa cuidadosamente cerrada, incluso algunos lugares de la casa, o que cuando cenábamos en lo de mi abuela salía por una hora y volvía sin dar explicaciones, todo eso ahora tiene sentido”, cuenta la joven, agregando que su padre “nunca quería dejar la casa por más de un día”.
Ariel Castro, un desempleado exconductor de autobuses de 52 años y de origen puertorriqueño, permanece detenido luego de que un tribunal le fijara una fianza de ocho millones de dólares por el secuestro de Amanda Berry y su hija de 6 años Jocelyn nacida en cautiverio, de Gina DeJesus y de Michelle Knight, liberadas en la noche del lunes gracias a la ayuda de un vecino.
Gregg contó que hace dos meses, su padre le mostró una foto de una niña pequeña en su celular. “Mira que bella, es la hija de una de mis amigas”, le dijo. “Yo le dije: ‘papá esta pequeña se parece a Emily, mi hermanita’ y el me contestó: ‘no, no es hija mía, es la hija de una de mis amigas con otra persona’”.
La justicia anunció este viernes que las pruebas de ADN confirmaron que Ariel Castro es el padre de la pequeña Jocelyn, hija de Berry.
“Si me hubieran entrevistado la semana pasada, les habría dicho que era el más amable de los padres y de los abuelos”, confió Angie Gregg. Luego de ésto “no quiero verlo nunca más”, afirmó.
“Nosotros no tenemos sangre de monstruo en nuestras venas. Lo que hizo mi padre no es el reflejo de nadie de nuestra familia”, agregó, expresando que siente “una enorme pena por lo que esas chicas sufrieron”.