En un discurso frente a unos 800 jóvenes estudiantes en el emblemático Museo de Antropología de la capital mexicana, Obama explicó que había viajado al país “porque es es el momento de poner viejas mentalidades a un lado” ya que un “nuevo México está emergiendo”.
PUBLICIDAD
“A pesar de los vínculos y los valores fuertes que compartimos, las actitudes de los dos países son a veces prisioneras de viejos estereotipos”, afirmó Obama.
“Algunos estadounidenses sólo ven el México presentado en titulares sensacionalistas de la violencia y los cruces fronterizos (…) Algunos mexicanos podrían pensar que los Estados Unidos no respetan a México, que estamos tratando de interferir en los asuntos internos mexicanos”, se lamentó.
En su primera parada latinoamericana tras su reelección de noviembre, Obama eligió visitar al nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, con quien acordó en su entrevista del jueves relanzar sus relaciones con un enfoque prioritario en la integración económica.
Obama, que este viernes se encontrará también con empresarios, destacó que México es ya el segundo socio comercial de Estados Unidos sólo por detrás de Canadá con un intercambio comercial que supera los 1.000 millones de dólares cada día.
El mandatario alabó el pacto político del gobierno mexicano con la oposición, que está impulsando reformas estructurales en varias materias de las que han sido aprobadas dos en educación y telecomunicaciones y ofreció mantener su cooperación para la nueva estrategia de Peña Nieto contra el crimen organizado.
“Somos dos socios iguales, dos naciones soberanas. Debemos trabajar juntos en el mutuo interés, en mutuo respeto”, expresó Obama en su discurso, plagado de expresiones en español recibidas con entusiasmo por los estudiantes, que no dejaron de tomarle fotos y videos, y tuitear sus palabras.
PUBLICIDAD
Obama reconoció que la demanda de drogas en Estados Unidos alimenta la violencia de los cárteles narcotraficantes en México, donde más de 70.000 personas fueron asesinadas en hechos vinculados al crimen organizado durante la anterior presidencia de Felipe Calderón (2006-2012).
También reiteró su oposición a la legalización de las drogas como respuesta al poder de las bandas pero se comprometió a hacer todo lo que esté en sus manos para que las armas que se venden en su país estén “lejos de las manos de gente peligrosa”.
Así mismo, Obama se mostró “absolutamente convencido” de que el Congreso de su país aprobará una reforma migratoria “con sentido común” este año para legalizar la situación de 11 millones de trabajadores indocumentados, de los que se calcula que dos tercios son de origen mexicano.
También dijo que trabajará con el gobierno de Peña Nieto para tener una “frontera bien regulada”, uno de los puntos que más preocupa a los congresistas republicanos.
Algunos de los estudiantes, que aplaudieron muchas de las intervenciones de Obama, también esperan la aprobación de esa reforma estadounidense largamente esperada en México.
“La política de migración de Estados Unidos es muy severa, castiga mucho a los trabajadores que llegan allá y falla en impedir que lleguen más y más indocumentados, que necesitan esos trabajos”, dijo a la AFP Pamela Piacente, de 22 años y alumna de comunicación social de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la mayor del país.
El canciller mexicano, José Antonio Meade, y otros altos funcionarios mexicanos también siguieron el discurso de Obama en el Museo de Antropología, que alberga las mayores colecciones de la cultura prehispánica en México y que cada año es visitado por casi dos millones de personas.
Tras su encuentro con empresarios mexicanos, Obama partirá hacia las 12H25 locales (17H25 GMT) a San José, donde asistirá a una cumbre con líderes centroamericanos que también tiene en su agenda el comercio, migración y lucha contra el crimen organizado.