El cuerpo fue encontrado cuando la policía, que llevaba a cabo una investigación sobre droga, registró la casa de este hombre de 44 años, que fue arrestado por ocultar el cadáver y también se enfrenta a posibles cargos por asesinato si los investigadores descubren que la muerte del padre no se produjo por causas naturales.
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El hombre escondió el cuerpo de su progenitor, un extipógrafo en el Vaticano que tenía 83 años cuando murió, en un cubículo de ladrillos y hormigón que se encontraba en el interior de la antigua habitación del fallecido, cuya puerta fue cerrada con llave y sellada con silicona.
Toxicómano, exconvicto y desempleado, el hombre percibió desde entonces los 1.400 euros mensuales de la pensión de su padre.