“Ahora están planteándose para mañana (miércoles) una marcha en el centro de Caracas, no se va a permitir la marcha en el centro de Caracas, ustedes no van a ir al centro de Caracas a llenar de muerte y de sangre”, advirtió Maduro en una cadena obligatoria en todas las televisoras y radios del país.
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Maduro, sucesor del fallecido presidente Hugo Chávez, responsabilizó a las “turbas fascistas” de las siete muertes que se registraron el lunes en varias partes del país, en manifestaciones de seguidores de Capriles.
“Han sido asesinados por las turbas fascistas”, dijo Maduro, en cadena de televisión, tras acusar a Capriles de orquestar un “golpe de Estado” con su llamado a protestas.
“Esta era una crónica de un golpe de Estado. Hoy declaro que hemos derrotado el golpe de Estado (…) Todo a las calles”, manifestó el presidente electo, al convocar a sus seguidores a manifestarse en respaldo a su victoria.
En actitud desafiante, el presidente electo afirmó: “Hagan lo que quieran hacer, no la voy a permitir. Mano dura voy a poner frente al fascismo y la intolerancia. Si me quieren derrocar vengan por mí, con un pueblo y una fuerza armada aquí estoy”, subrayó.
Las protestas se desataron el lunes en varias zonas del país, principalmente en Caracas, luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamara presidente electo de Venezuela a Maduro con 50,75% de los votos contra 48,97% de Capriles, que ante la estrecha diferencia exigió un recuento total de los sufragios y convocó a las protestas.
Los opositores realizaron cacerolazos, bloqueos de calles y movilizaciones populares, con quema de neumáticos y vehículos, para pedir el recuento total de los votos, en respuesta a un llamado hecho por Capriles horas antes.
Según la Fiscalía, la jornada de protestas de opositores dejaron al menos siete muertos, 61 heridos y 135 detenidos.