El conflicto de las Malvinas, cuya soberanía sigue tensando 31 años después las relaciones entre el Reino Unido y Argentina , tendrá el miércoles un papel protagonista en el funeral de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.
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Más de 700 militares y alrededor de 180 músicos de los tres ejércitos, la mayoría de regimientos que lucharon en la guerra del Atlántico Sur en 1982, participarán en el funeral de la mujer que supervisó la campaña victoriosa desde Downing Street, donde permaneció de 1979 a 1990.
Los hermanos Bill y Nicky Mott, supervivientes del “Sir Galahad”, el buque que sufrió el ataque más mortífero del conflicto para los británicos (48 muertos), dirigirán a los 10 militares que entrarán el féretro a la catedral de San Pablo, elegidos según el gobierno entre unidades que “destacaron por su servicio” durante la campaña.
Ambos son los dos últimos veteranos de la guerra de las Malvinas (Falklands para el Reino Unido) que continúan sirviendo en la Guardia Galesa, cuyo primer batallón se encargará de la guardia de honor a la entrada del templo, acompañado de su banda militar.
Otro veterano de aquel regimiento, Simon Weston, considerado el símbolo británico del conflicto tras sobrevivir a horribles quemaduras en una gran parte de su cuerpo, también estará presente en la catedral para despedir a la Dama de Hierro .
La guerra de las Malvinas “definió (a Thatcher) e inauguró una época en la que volvimos a ser un país serio. Antes de las Falklands, el Reino Unido era considerado uno de los hazmerreíres de Europa”, escribió Weston en el Daily Mirror.
La catedral de San Pablo albergó ya la misa de acción de gracias tras la rendición de las tropas del país sudamericano el 14 de junio de 1982, después de 74 días de combates que dejaron 649 argentinos y 255 británicos muertos.
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Y en aquella ocasión, el entonces arzobispo de Canterbury, Robert Runcie, desató la ira de Thatcher con un sermón dominado por un mensaje de reconciliación, y no de triunfalismo, escrito por el hoy obispo de Londres, Richard Chartres, que esta vez pronunciará la homilía, según el Times.
Tres cañones serán disparados con motivo del funeral desde la Torre de Londres, dos de los cuales se utilizaron durante el conflicto, en la batalla de Goose Green y en el asalto final a Puerto Stanley, de acuerdo con el ministerio de Defensa.
A pocos sorprende que la guerra de las Malvinas, arriesgada pero exitosa apuesta de Margaret Thatcher, esté en el corazón de su funeral.