El fundador de Amazon, Jeff Bezos, anunció este miércoles que logró su objetivo de recuperar los motores de la misión Apolo 11, que enviaron al astronauta Neil Armstrong y su equipo a la Luna y que descansaban en el océano Atlántico desde hace más de 40 años.
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“Encontramos muchas cosas”, afirmó Bezos en una entrada de blog, luego de poner pie en tierra tras tres semanas en el mar en su misión llamada proyecto Bezos Expeditions.
“Descubrimos un maravilloso mundo submarino, un increíble jardín de esculturas de motores F-1 entrelazados que cuentan la historia de un final violento y exaltado, que sirve al testamento del programa Apolo”, escribió.
Bezos apuntó que, aunque los números originales de serie de los motores se habían borrado, lo que complicó las labores de identificación, su equipo realizará una restauración.
“Los objetos en sí mismos son magníficos”, afirmó.
“Fotografiamos muchos objetos bellos en el lugar y hemos recuperado muchas piezas de calidad. Cada pieza que traemos conjura para mi miles de ingenieros que trabajaron de forma conjunta para lograr lo que en aquel momento se pensaba seguramente como imposible”, confesó.
Bezos afirma que su equipo tendrá suficientes componentes principales para realizar una exhibición de los dos motores de vuelo F-1 y que la restauración estabilizará el hardware e impedirá una mayor corrosión.
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“Queremos que el hardware nos cuente su verdadera historia, incluida su reentrada a la atmósfera a 8.000 kilómetros por hora y el consiguiente impacto en la superficie del océano”, afirmó.
“Estamos emocionados de tener este hardware en exhibición, podría ser que inspirase a algo increíble”, añadió.
Todavía no se sabe cuándo o dónde se exhibirán los objetos, pero cuando Bezos lanzó el proyecto el año pasado esperaba que pudieran verse en el Museo Nacional del Aire y del Espacio Smithsonian de Washington.
Los motores propulsaron al astronauta Neil Armstrong y su plantilla a la Luna en 1969 y se encontraban en las profundidades del Océano Atlántico, donde fueron encontrados utilizando sofisticados equipos de tecnología sonar.
Bezos recurrió a fondos privados para llevar a la superficie los motores F-1 del lugar donde yacían, a 4.267 metros bajo el nivel del mar, incluso cuando mantiene que son propiedad de la NASA.
El director de la agencia espacial estadounidense, Charles Bolden, recibió la noticia con alegría.
“Este es un hallazgo histórico y felicito al equipo por su determinación y perseverancia en la recuperación de estos importantes artefactos de nuestros primeros esfuerzos por enviar humanos más allá de la órbita de la Tierra”, afirmó en un comunicado.
“Esperamos ansiosamente la restauración de estos motores por parte del equipo de Bezos y aplaudimos el deseo de Jeff de hacer que estos artefactos históricos se muestren en exhibición al público”, añadió.