Por Angelita Borrero
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Nuestro país tiene una franja costera de casi 2.300 kilómetros que se extiende entre Tumbes y Tacna. Por ello, realizar simulacros de tsunami es de primordial importancia.
Este verano, el distrito de Pimentel, en Lambayeque, ha realizado recientemente su primer simulacro con el objetivo de que su población esté preparada ante una emergencia. Y los vecinos de Tumbes y de las provincias El Oro y Loja, en Ecuador, participarán en un simulacro conjunto el próximo viernes 22 de marzo.
Lamentablemente, las playas de Lima en su conjunto todavía no tienen fecha para un simulacro de este tipo. Según Jorge Arguedas, vocero de Defensa Civil, su institución ‘promueve que se realicen simulacros, mas no los organiza. Eso ya depende de cada municipalidad’.
La Defensoría del Pueblo ha señalado que urge que los gobiernos regionales y municipios ubicados en el litoral (especialmente los que cuentan con playas muy concurridas), elaboren e implementen sus Planes de Gestión de Desastres para prevenir y mitigar los riesgos, pero pocos son los balnearios que tienen un plan de contingencia ante un eventual movimiento sísmico y posterior tsunami.
Pero no todo es malo. Un buen ejemplo es el de a Municipalidad de Miraflores, ya que cuenta en sus ocho playas con 19 carteles de señalización (entre mapas y paneles para vehículos y peatones), además de cuatro altoparlantes que darán la alarma en caso de tsunami. También hay 200 brigadistas listos para actuar.
‘Tenemos planeado un simulacro en dos semanas. Somos el único distrito preparado, esperamos que otros nos sigan en esto’, afirma Carlos Llerena, subgerente de Defensa Civil de esta comuna.