El extravagante magnate australiano Clive Palmer desveló este martes en Nueva York los avances en su plan de construir una réplica perfecta del Titanic, en la que piensa por supuesto incorporar botes salvavidas de sobra.
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Más de un siglo después de que el original y supuestamente insumergible transoceánico se hundiera en el Atlántico Norte, Palmer cree que llegó la hora que el mítico barco complete su trayecto inacabado hasta Nueva York.
“El Titanic fue el barco de los sueños. El Titanic II será el barco en que los sueños se hagan realidad”, anunció Palmer en el lanzamiento oficial del proyecto en Nueva York.
Manteniendo las mismas divisiones estrictas que en 1912 entre primera, segunda y tercer clase, los pasajeros comerán o en camarotes suntuosamente decorados o en una gran mesa común. “No habrá mezcla real” entre clases, afirma Palmer.
Los pasajeros en la sección de lujo disfrutarán de la majestuosa escalera y una reproducción exacta de los baños turcos y la piscina del Titanic.
Rechazando el escepticismo público sobre el proyecto, Palmer explicó que se firmará un contrato con la empresa china CSC Shipyard en los próximos días, y que la construcción comenzará al final de este año y el lanzamiento se hará en 2016. No se hicieron públicas las cifras de los costos.
“Alguna gente, algunos individuos, pierden mucho tiempo en el pub o el bar diciendo ‘Oh, nunca se concretará’”, afirmó el magnate, agregando que emprendió el proyecto en soledad porque quiere gastar antes de morir todo el dinero que ha ganado.
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El extravagante empresario del sector minero sostuvo que no pudo resistir la tentación de dar una segunda oportunidad a uno de los barcos más desafortunados de la historia.
“No soy muy supersticioso”, comentó.
El Titanic II será muy parecido al original, aunque incorporará algunas modificaciones, como un puente suplementario, más botes salvavidas, toboganes de seguridad y salas públicas abiertas a los pasajeros.
Sobre los botes salvavidas, Palmer aseguró que superarán los requerimientos regulatorios y serán tan seguros que “uno podría dar la vuelta al mundo en ellos si quisiera”.
Otras diferencias con el modelo original consisten en que el Titanic II incluirá un casino y su envergadura será de un metro más, por razones de “estabilidad”.
Tendrá capacidad para 2.435 pasajeros y una tripulación de 900 personas.
Los pasajeros recibirán trajes de época según la clase en la que viajen, precisó Palmer, bromeando sobre su decisión de viajar en la categoría más modesta, tercera: “Es ahí donde va a estar la diversión”, dijo.
Markku Kanerva, de Deltamarin, la firma finlandesa a cargo del diseño del Titanic II, también indicó que se ha ido “más allá” de las últimas regulaciones en cuanto a seguridad.
“Puedo asegurarles que desde el punto de vista de seguridad será el crucero más seguro del mundo cuando sea botado”, prometió.
Pero Palmer no quiso caer en la trampa de volver a hablar de un barco “insumergible”.
“Sería muy arrogante decir algo como eso. Creo que la gente decía ese tipo de cosas en el pasado”, admitió con prudencia.
El primer viaje del nuevo transatlántico está previsto para 2016 desde Southampton hasta Nueva York. Un “viaje preliminar” se llevará a cabo antes del lanzamiento oficial, desde China, donde el Titanic será construido, hasta Inglaterra.
No sólo la tripulación (y posiblemente los pasajeros) vestirán trajes de época, sino que además probablemente no habrá televisión ni internet a bordo, dijo Palmer.
Esto fue del agrado de Helen Benziger, descendiente de una sobreviviente del Titanic, Margaret “Molly” Brown, y presente en la conferencia de prensa.
Benziger destacó el costado “romántico del Titanic” y la posibilidad de “pasar cinco días en un barco con gente educada”.