Yoani Sánchez, la famosa bloguera cubana, ha logrado salir volando de la isla de la que solo se podía salir huyendo. Luego de abordar un avión con destino a Brasil, Yoani debe haber sonreído mientras miraba por la ventanilla imaginando la decena de países que conocerá, incluyendo el nuestro, en un viaje que durará 80 días. Su viaje ha sido posible gracias a la reforma migratoria vigente en Cuba desde el 14 de enero, según la cual, cualquier cubano que tenga un pasaporte en regla y su respectiva visa, puede viajar al extranjero.
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Nadie ha sido más escéptica frente a la reforma migratoria cubana anunciada por el gobierno de Raúl Castro que su bloguera más crítica. Apenas supo de la reforma, Yoani se propuso tener un pasaporte cuanto antes y registró cada paso del burocrático proceso a través de su cuenta de Twitter.
El 31 de enero llegaron las buenas noticias: por fin podría viajar. 383 mil seguidores lo celebraron con ella y compartieron sonrisas luego de ver su foto pasaporte.
Lamentablemente, el mismo día que Yoani Sánchez recibió su pasaporte, el escritor Ángel Moya, uno de los 75 disidentes encarcelados en el 2002, supo que su aplicación había sido denegada.
La decisión del gobierno cubano al otorgarle la visa a Yoani Sánchez ha evitado la indignación internacional, sobre todo porque se trata de una de las figuras con mayor influencia fuera de la isla. El pasaporte de Yoani, y cada uno de sus emocionados tuits narrando su travesía (‘He encontrado una viajera de #Perú muy solidaria que ahora mismo me da ánimo. A mí, la verdad, no paran de temblarme las rodillas’) son la mejor publicidad para el gobierno cubano actual, evidentemente más abierto y liberador que el que conocíamos.