Un grupo de buzos que se sumergió en busca de manta rayas en Hawaii se sorprendió al notar que un delfín nariz de botella buscaba llamar su atención. Keller Laros, buzo profesional, notó que el delfín no podía moverse con libertad porque una de sus aletas tenía un sedal enredado y un anzuelo incrustado.
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‘La manera en que vino y se apoyó en mí no deja lugar a dudas. El delfín estaba buscando ayuda’, afirmó Laros en entrevista con el Daily Mail.
‘Trataba de desenredarlo, tenía el gancho en la parte de afuera de la aleta pectoral, y una línea salía de su boca. Pero la línea estaba tan ajustada que le había provocado cortes’, señaló el buzo.
Durante todo el tiempo, el delfín permaneció casi inmóvil, esperando pacientemente mientras el buzo lo ayudaba. Tras varios intentos, Laros consiguió cortar el sedal y aliviar al delfín. Aunque no pudo ser liberado del gancho, el delfín se alejó del grupo de buzos una vez que pudo sentirse mejor.
