Los militantes islamistas de Al Qaeda han ido adquiriendo poder en la antigua ciudad de Tombuctú, al norte de Mali .
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La República de Mali, durante muchos años, ha sido un país pobre, pero democrático y relativamente estable. Pero ahora está envuelto en un conflicto muy fuerte: dos tercios del país están ocupados por grupos armados islamistas y la comunidad internacional, liderada por Francia , está dispuesta a combatir a los terroristas en su territorio.
Yacouba Kone, director en Mali del grupo Humanitario de Ayuda Cristiana, declaró a Publimetro que en los últimos años ha venido presentándose un aumento constante de refugiados al norte de Bamako, la capital. ‘La gente tiene miedo de los rebeldes’, dice Kone. ‘Los islamistas no permiten que la gente fume, escuche radio o vaya a una discoteca. Es una pesadilla’. Más de medio millón de malienses han huido de sus hogares.
Pero lo más grave es que los jóvenes constituyen uno de los pilares de la marcha que Al Qaeda está haciendo por África . Y si bien la tasa de supervivencia infantil y la educación han mejorado, los jóvenes africanos se enfrentan a una grave falta de empleo.
‘La situación de trabajo es muy dura aquí’, explica Kone. ‘Los islamistas les ofrecen trabajo a los muchachos. En algunos casos, los llevan al extranjero, los adoctrinan y regresan a nuestro país convertidos en rebeldes’.
Lya Zerrougui, representante de la ONU , señaló que ‘son las comunidades pobres y los niños el objetivo de reclutamiento por parte de los islamistas’.