El atacante, de 16 años, entró a un salón de clases de la secundaria Taft Union, de la localidad de Taft, situada 190 km al norte de Los Ángeles, y disparó con una escopeta a su víctima.
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Luego intentó disparar a otro compañero de clase, pero falló el tiro, dijo en conferencia de prensa el alguacil del condado de Kern (al que pertenece Taft), Donny Youngblood.
La víctima fue transportada a un hospital y estaba en “condición crítica”, informó.
Tras el primer disparo, el profesor y el supervisor del campus iniciaron una conversación con el atacante, a fin de distraerlo para que el resto de los 28 alumnos pudiera salir del salón.
“El estudiante aún estaba armado con una escopeta y ellos se quedaron (…) y lo distrajeron, permitiendo que los estudiantes salieran del salón de clases y en última instancia aplacando al atacante”, dijo el alguacil a los periodistas.
“No tengo palabras para definir el heroico trabajo de estas dos personas: quedarse ahí y enfrentar a alguien con un arma, que ya disparó a un estudiante, habla mucho de estos dos jóvenes y de lo que pueden haber prevenido”, agregó.
“Fácilmente podían haber intentado salir del salón y dejar a los estudiantes allí”, explicó el oficial. “Estamos muy orgullosos de ellos”, remarcó.
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El noticiero local ABC News informó que el tiroteo ocurrió a las 09H00 locales (17H00 GMT) y que la Policía respondió a las llamadas al número de emergencia 911 que hacían las víctimas escondidas en armarios.
El sospechoso fue arrestado 20 minutos después, agregó el diario local Los Angeles Times.
El tiroteo ocurrió un mes después de la masacre de 26 personas, entre ellas 20 niños, en una escuela en Connecticut (noreste), y en medio de un acalorado debate nacional sobre la posesión de armas.