En 1961, la Convención Única de la ONU sobre Estupefacientes vetó, en su artículo 49, el masticado, acullu o chacchado de la hoja de coca por contener alcaloides que se usan como base para elaborar la cocaína. Debido a ello y para manifestar el rechazo a esta norma, el gobierno boliviano, con Evo Morales a la cabeza, decidió retirarse el 2011 de la Convención.
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Pero este año, Bolivia solicitó reincorporarse a ella con la condición de que se permita el masticado de la hoja y que no sea considerado ilegal. Precisamente ayer, los países miembros de la Convención de la ONU sobre Estupefacientes, reunidos en Viena, Austria, decidieron por mayoría reincorporar a Bolivia y avalar esta práctica como una manifestación tradicional (solo 13 de los 184 países miembros presentaron sus objeciones).
La noticia provocó algarabía en Bolivia, en especial entre los sindicatos y organizaciones cocaleras, que anunciaron jornadas populares de masticado de coca para celebrar. Para la directora de la Asociación Peruana de la Hoja de Coca (Apehcoca), Mary Ann Eddowes, lo hecho por la ONU es una justa reivindicación de esta costumbre ancestral. ‘Es ridículo prohibir el chacchado. La hoja de coca no puede ser considerada una droga. Sin duda, la decisión de la ONU va a limpiarle la cara a esta planta a nivel internacional’, acota.