La discriminación es un fenómeno que se ve frecuentemente en el Perú.
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Pese a los esfuerzos del Estado y de las municipalidades para que estas barreras no existan, ellas continúan existiendo y muchas veces son invisibles. Es decir, los mismos veraneantes se autodiscriminan porque se sienten incómodos de ingresar a espacios que tienen todo el aspecto de estar privatizados, como en el último caso de Ancón , donde unos sujetos parados impedían el paso.
En nuestro país, esta es una vieja costumbre que proviende de la época de la Colonia. Ahora, en pleno 2013, es increíble que estas ideas permanezcan en algunas personas, que piensan que tienen derecho a privilegios en el trato e incluso a una territorialidad a todas luces ilegal como la de las playas privadas.