El triunfo aplastante del chavismo en las regionales venezolanas, que aumentó sus gobernaciones a 20 sobre un total de 23, le coloca en inmejorables condiciones ante la eventualidad de que la salud del presidente Hugo Chávez requiera la celebración de elecciones anticipadas en Venezuela , estiman analistas.
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Sin embargo, la cómoda reelección de Henrique Capriles en el estado clave de Miranda, el segundo más poblado, lo consolida como el líder único e indiscutido de la golpeada oposición.
Los resultados del domingo, en los que el oficialismo le arrebató a la oposición cuatro de sus siete estados (el petrolero Zulia, el turístico Nueva Esparta, el industrial Carabobo y el fronterizo Táchira) son “una muestra rotunda de la capacidad de movilización de las bases del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)” y del “efecto dominó de la victoria presidencial de Chávez”, estimó el politólogo Farith Fraija.
“Ellos (el oficialismo) van a buscarte a casa para que votes. La capacidad de movilización fue muy efectiva, sobre todo en momentos de desmotivación de la oposición tras el 7 de octubre”, coincide Carmen Beatariz Fernández, presidente de DataStrategia , quien señala que la abstención del 46% casi 11 puntos más que en las regionales de 2008 está compuesta en su mayoría por opositores.
“Chávez puede que esté moribundo, pero estuvo en campaña. La capacidad que tiene de que todo se centre en él siempre le ha dado réditos. Secuestró la agenda de la última semana antes de las elecciones de regionales de este domingo, que se centró en la salud presidencial”, asegura esta analista electoral,
Según ella, la atención mediática y de la opinión pública que absorbió Chávez, reelecto en octubre y en el poder desde 1999, “perjudicó a la oposición” y logró darle “cohesión” a un chavismo “desmotivado por la enfermedad presidencial” y en parte descontento “por algunas designaciones de candidatos a dedo” que hizo el mandatario en varias regiones meses antes de las elecciones.
La recta final de la campaña coincidió con el anuncio de Chávez de otra recaída en el cáncer y de una nueva y “compleja” intervención en La Habana, la cuarta desde que se le detectó el cáncer en junio de 2011.
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El suspenso de la operación, el dramático día después, cuando la plana mayor del oficialismo con semblante desencajado alertó a los venezolanos de que estuvieran preparados ante un “escenario difícil”, y el alivio de los comunicados posteriores, crearon el clímax aprovechado por los candidatos oficialistas para pedir el “voto por amor” al mandatario, por su completa recuperación.
El vicepresidente Nicolás Maduro pidió el mismo domingo a los venezolanos que fueran a votar “para no fallarle” a Chávez (lo cual según la oposición violaba la normativa electoral, que prohíbe hacer proselitismo en esa jornada).