Pedro Segarra, alcalde de Hartford, la capital del estado de Connecticut, y cuyo padre fue asesinado con un arma de fuego, instó este domingo a Washington a tomar la iniciativa para reducir el “apetito increíble” de los estadounidenses por las armas.
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En su discurso dado dos días después de la masacre en la que murieron 26 personas , entre ellas 20 niños, Segarra dijo que los ciudadanos de Connecticut “son muy partidarios de la desmilitarización de nuestra comunidad y de sacar estas armas de las calles”.
Pero añadió que “esta realidad requiere la acción de nuestro gobierno central en Washington (…), mientras no tengamos ese esfuerzo, algún grado de intervención decisiva, es muy difícil que los estados lo hagan por su cuenta”.
Segarra recordó el éxito del plan de amnistía sobre armas de fuego realizado por esta ciudad hace tres semanas, y que supuso la entrega de varias de éstas en un solo día.
El alcalde añadió que persiste entre los estadounidenses “un increíble apetito” por las armas, y que prueba de ello eran las cerca de 2 millones de solicitudes de permiso de porte que procesó solo en noviembre la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.
Segarra, de 53 años, un demócrata nacido en Puerto Rico , que creció en Nueva York , dijo que personalmente nunca tuvo un arma, por una razón. “Nunca llegué a tener un padre”, dijo, porque cuando tenía apenas un año de edad perdió a su padre, quien fue asesinado. Además dijo que dos amigos cercanos murieron por las armas cuando tenían 14 y 13 años.