El consumo excesivo de bebidas alcohólicas provoca que cada hora ocurra un accidente de tránsito en Perú, reveló hoy el responsable de la Estrategia de Tránsito Seguro y Saludable del Ministerio de Salud (Minsa), Joel Collazos.
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Refirió que, según cifras de dicho sector, en el 2011 tanto conductores como peatones produjeron un total de 8,929 accidentes de tránsito.
‘Los accidentes de tránsito son un grave problema de salud pública porque afectan, en la mayoría de casos, a gente joven, reducen los años de vida de las personas e incrementan las posibilidades y los períodos de discapacidad’, refirió.
El funcionario indicó que la primera ciudad con casos fatales por consumo de alcohol es Lima, seguida de Arequipa y Huancavelica.
Otras regiones donde se reportan altos índices de accidentes de tránsito por ebriedad del conductor o del peatón son Cusco, Madre de Dios, Ayacucho, Loreto y Ucayali.
Collazos Carhuay recordó que según las normas penales vigentes todo problema vial generado por consumo de alcohol deja de ser accidental y es considerado delito.
‘Si una persona consume alcohol y maneja no está solamente cometiendo una falta sino un delito. Pues un accidente es algo inesperado, que no puedes controlar, pero al ingerir alcohol se sabe de las consecuencias que producen en la disminución de capacidades y la posibilidad de causar daños’, explicó.
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En ese sentido, dijo que es necesario mejorar la fiscalización, acelerar los procesos judiciales, determinar la sanción adecuada y generar conciencia en la ciudadanía sobre las graves consecuencias que trae conducir o caminar en estado de ebriedad.
Collazos Carhuay refirió que en Perú el límite del consumo de alcohol para conducir es de 0.50 gramos por litro de sangre, lo que equivale a una copa de vino o tres vasos de cerveza.
Dijo que si bien los efectos de esta concentración de alcohol en la sangre de las personas dependen de su masa corporal, peso, sexo, edad y estado de la salud, se recomienda no ingerir alcohol si se maneja.
‘La única tasa compatible de seguridad vial es cero alcohol. Por eso no se debe conducir bajo los efectos del alcohol. Cuanto mayor sea la cantidad de alcohol consumido, mayor es el riesgo’, anotó.
Collazos explicó que, a nivel físico, la vista de un conductor en estado etílico sufrirá una reducción en su capacidad para seguir objetos, perdiendo campo de visión y vista periférica, así como dificultándole fijar la mirada. Esta última provoca que sea difícil el reconocimiento de señales, peatones y otros vehículos.
A nivel psicológico, el consumo de alcohol desinhibe a la persona, aumenta su agresividad y euforia, reduciendo la percepción del riesgo. Además, puede producir apatía y somnolencia en los conductores, agregó.
Precisó que superar los límites del consumo de alcohol complica la atención en las emergencias hospitalarias si el accidentado presenta lesiones de gravedad.