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Luciana León y Roberto Silva recuerdan sus años en la universidad

Luciana León (Abogada y congresista. 34 años.) Desde niña tuve mucha inquietud por ayudar, acercarme a aliviar a la gente más necesitada. En mi adolescencia empecé a hacerlo con más frecuencia y de manera organizada a través de la JAP (Juventud Aprista Peruana), así descubrí que mi vocación y mi pasión era la política. Por eso estudié Derecho en la Universidad de Lima y me gradué hace 10 años -¡auch!, ¡cómo pasó el tiempo!-, y luego hice mi Maestría en Gobernabilidad y Políticas Públicas en el Instituto de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres .

Recuerdo con nostalgia las noches que me pasaba en vela estudiando para los exámenes. Nadie dormía, te tomabas un café recontra cargado para aguantar, y aunque también chismeabas, literalmente te amanecías leyendo, debatiendo teorías y posiciones con vehemencia, lo que me ha preparado para las largas sesiones que me toca ahora pasar en el Congreso .

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Por ello, le recomendaría a todos los jóvenes que sigan su vocación. Que estudien lo que realmente quieran, que sigan sus sueños y -si aún no tienen una inclinación clara-, pues que busquen más opciones.

En mi caso, no me arrepiento de haber elegido esta profesión. Y estar en la política ahora me confirma que fue una elección acertada.

Roberto Silva (Futbolista y economista. 36 años.) Estudié Economía en la Universidad del Pacífico . A pesar de que estaba en el fútbol mis padres me inculcaron que la prioridad era la universidad y siempre tuve claro que terminaría una carrera. Lo que no tenía claro era qué estudiar. Me gustaban los números, pero no escogí ninguna rama de Ingeniería. Sentía que estudiar Economía me podía abrir más el espectro laboral.

Cuando me llegó la oportunidad de jugar en Primera en Alianza Lima (1996), ya estaba en sexto ciclo y manejaba un ritmo de estudio. Tenía un buen promedio de notas y podía escoger mis horarios de clases para ir a entrenar. Aunque me costó más, pude acabar la carrera en cinco años.

Allí no me quedé. Hace poco hice una Maestría en Administración en la Universidad San Martín y ahora en USIL estoy siguiendo un Máster en Administración de Fútbol.

Aunque no he llegado a ejercer de manera directa la economía, haber estudiado me ayuda a tomar mejores decisiones para algunos negocios. Siempre terminas aplicando lo que has estudiado en tu vida diaria.

Creo que la importancia de la universidad va por el lado de la evolución personal. El equilibrio entre la mente y el cuerpo debe ser parejo si quieres crecer y el conocimiento es esencial aunque te dediques a actividades deportivas. Es indudable que un ser humano evoluciona y crece como persona a través de la educación. Uno solo crece en la medida en que es capaz de lograr evolucionar en todo lo que forma parte de él.

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