Decenas de miles de opositores a la presidenta Cristina Kirchner protestaron la noche del jueves con un “cacerolazo” en Buenos Aires y otras ciudades argentinas, convocados por las redes sociales contra un plan de nueva reelección y la inseguridad, comprobó la AFP.
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Un gran cartel con la leyenda “¡Salvemos a la República!” fue llevado por la multitud a través de la avenida Santa Fe, en la residencial zona norte porteña, en camino al tradicional Obelisco, epicentro del mitin, aunque marchas similares se cumplieron en las populosas Rosario, Córdoba, Mendoza y Tucumán.
“No me gusta el autoritarismo de Cristina. No puede hacer cualquier cosa porque sacó el 54% de votos (al ser reelegida en 2011)”, dijo a la AFP Federico Chelli, de 20 años, empleado y estudiante.
El lema principal del llamamiento fue “#8N. SI a la Democracia. NO a la re-reelección”, en una demostración que se extendió a casi todo el país, con millares de movilizados en las principales ciudades, además de convocar a residentes argentinos en el extranjero.
Encolumnados sin banderas partidarias y portando sólo las celestes y blancas de la nación, la gente alrededor del Obelisco levantó un cartel con la leyenda “¡Basta de matar!”, una demanda contra los continuos asaltos seguidos de muerte.
La inseguridad por la crónica violencia delictiva es la mayor preocupación de los argentinos, con un 79,4% de opiniones, delante de la inflación, con 64%, según la consultora Management & Fit (M&F).
“Estoy acá porque mueren demasiados jóvenes (por robos) y porque el gobierno es corrupto, lo único que hace es mentir, son ladrones con cuentas en Suiza”, dijo a la AFP una mujer jubilada de 62 años quien dio solo sus iniciales, A.M.E., con el proverbial temor argentino a dar nombre y apellido.
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Una reciente encuesta de M&F reveló que un 80% de la población rechaza la re-reelección, pero detectó que 7 de cada 10 argentinos desaprueba también a la oposición.
Las elecciones de renovación de la mitad de los diputados y un tercio del Senado se realizarán en octubre de 2013, pero analistas observan difícil o casi imposible que Kirchner obtenga un triunfo de tanta magnitud que le otorgue los dos tercios de bancas del Congreso necesarios para una reforma.
Las manifestaciones se realizan en medio de la incertidumbre por una economía que perdió su dinámica de alza anual del 8% para bajar a la mitad o menos y la popularidad de Kirchner cayó al agravarse la crisis mundial.