Barack Obama dejó el lunes su papel de candidato electoral para retomar el de presidente consciente de la necesidad de dar la imagen de un líder firmemente al mando de Estados Unidos, en un momento en que una parte del país está amenazada por la llegada del huracán Sandy.
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En una corta intervención tras una reunión con el comité de crisis de la Casa Blanca, el presidente exhortó a los habitantes de las regiones potencialmente amenazadas a que acaten sin demora las directivas de las autoridades locales, en particular en lo relativo a las evacuaciones.
“El mensaje más importante que queremos transmitir al público en este momento es: por favor, escuchen a las autoridades locales. Cuando le dicen que evacúe, usted debe evacuar. Sin demora. No discuta las instrucciones que se le dan”, dijo.
“Esta es una tormenta grave y podría tener consecuencias potencialmente mortales si la gente no toma medidas con la suficiente rapidez”, previno.
“La prioridad es procurar salvar vidas”, dijo Obama, que había abandonado precipitadamente Florida (sureste) el lunes por la mañana, donde tenía previsto pronunciar un discurso con vistas a los comicios del 6 de noviembre, para regresar a Washington y coordinar la respuesta del estado federal al huracán.
El huracán ya obligó a Obama y a su rival republicano, Mitt Romney , a anular varios eventos de campaña, cuando faltan ocho días para los comicios.